La construcción orienta su futuro hacia la sostenibilidad. Con la entrada en vigor de la última modificación del Código Técnico de la Edificación (CTE), surge una nueva normativa que reenfoca el sector hacia la eficiencia energética de los edificios, y hacia la salud, el confort y la seguridad de los usuarios. Esto, unido al contexto de reflexión que ha traído la crisis sanitaria en cuanto a los nuevos horizontes que plantea la arquitectura del futuro, ha llevado a que estándares como el Passivhaus estén más en auge que nunca.
Y no es para menos. En términos generales, este tipo de construcciones consiguen, por un lado, espacios interiores mucho más saludables y confortables en cuanto a temperatura, humedad y concentraciones de CO2 y otros patógenos y contaminantes, y, por otro, logran un ahorro energético de entre el 60% y el 90%. Todo ello, gracias a un sistema óptimo de aislamiento térmico que evita la formación de puentes térmicos, a una cubierta completamente estanca al paso de infiltraciones de aire, a unas carpinterías de altas prestaciones (triple acristalamiento, baja transmitancia y correcta instalación), a un sistema de ventilación mecánica con recuperador de calor o a un diseño bioclimático.
Sin embargo, estas ventajas energéticas y constructivas no son los únicos motivos que justifican el boom actual de la aplicación del estándar Passivhaus en España. Con motivo del Día Mundial de la Arquitectura (5 de octubre), los expertos de Sto, entidad de origen alemán con sede en España especializada en la elaboración de materiales y soluciones constructivas para Passivhaus, exponen otras razones que evidencian este auge:
· En los últimos dos años se han duplicado los proyectos Passivhaus. Según la Plataforma de Edificación Passivhaus, asociación sin ánimo de lucro que promueve a nivel nacional los edificios pasivos, actualmente hay en España 162 proyectos de este tipo. Si se tiene en cuenta que la primera vivienda Passivaus se certificó en 2010, y que en 2018 ya había unas 80 construcciones pasivas, de media, se puede concluir que, en tan solo dos años, se ha duplicado la presencia de este sello en nuestro país.
· La actualización del ‘DB HE de Ahorro de Energía’ incluye exigencias similares. Los nuevos requerimientos que incluye el ‘DB HE de Ahorro de Energía’ del Código Técnico de la Edificación (CTE), en vigor desde primeros de julio, se complementan a la perfección con muchas de las exigencias del certificado Passivhaus, lo que hace que este certificado lo tenga más fácil para avanzar en España. No obstante, actualmente, este sello sigue siendo mucho más estricto que el CTE y continúan existiendo grandes diferencias. Entre ellas, las exigencias en cuanto al confort térmico en verano, hermeticidad, ventilación mecánica o puentes térmicos.
· La renovación constante de aire en ambientes interiores, clave para evitar contagios. Según la Plataforma de Edificación Passivhaus, la ventilación mecánica de doble flujo que incluye un inmueble con este estándar puede ayudar a reducir el riesgo de contagio en espacios cerrados. La razón está en su capacidad para extraer el aire viciado del interior y, a la vez, filtrar el aire de impulsión que proviene del exterior, eliminando también los elementos contaminantes. De este modo, se garantiza una calidad ambiental interior óptima a lo largo de todo el año.
· El ahorro en gastos energéticos adquiere mayor importancia al pasar más tiempo en casa. El teletrabajo y la prevención frente al contagio han incrementado el tiempo que pasamos dentro de nuestros hogares. Por ello, ahora es más importante que nunca contar con inmuebles que disminuyan al máximo la demanda energética y que permitan un ahorro económico en este sentido. Algo que un inmueble pasivo certificado consigue de sobra, ya que se ha comprobado que este tipo de viviendas registran una décima parte del gasto que genera un inmueble “convencional” con superficies similares. Y es que, si los costes de calefacción para un piso de 120 m² ascienden, de media, a unos 1.500 euros al año, en un inmueble pasivo del mismo tamaño el gasto sería de unos 150 euros por año.
· Revaloriza un inmueble un 20%. En un mercado inmobiliario en el que el pecio medio de la vivienda está experimentando un ajuste a la baja, aportar valor a los inmuebles para obtener una mayor rentabilidad a futuro será más importante que nunca. En este sentido, la revalorización estimada de certificar un inmueble con el estándar Passivhaus (EnerPhit, si se trata de una rehabilitación) es de, aproximadamente, un 20%, según la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (FIABCI).