Las medidas para la regulación de los alquileres y la reciente normativa en beneficio de la ocupación en Cataluña han causado debate en la opinión pública, sobre todo porque se trata de restricciones que podrían atacar el derecho a la libre negociación y a la propiedad privada. Vicenç Hernández Reche, CEO de Tecnotramit y presidencia de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña (AIC) ha asegurado que “las limitaciones previas del alquiler en otros países europeos fracasaron”, añadiendo que “se trata de medidas populistas que transfieren la responsabilidad social al ámbito del sector privado, no les supone ningún desembolso y son de rápida aplicación”.
Estas palabras formaron parte de su intervención en la VI Edición de la Tribuna Immoscòpia, presentada por AIC y el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI) de Barcelona. Hernández Reche remarcó, en este contexto, que “si se acaba atacando al derecho a la propiedad privada, las consecuencias pueden ser nefastas”.
En este sentido, en materia de políticas de vivienda, será necesario cuidar con atención el problema de la desigualdad, no solo entre países, sino también entre diferentes territorios de un mismo país, ya que “podría derivar en problemas sociales”, ha alertado Hernández Reche.
El desaprendizaje de las empresas para su evolución
Durante la crisis de la pandemia, que provocó una parálisis económica durante los meses de confinamiento el año pasado, “nos hemos dado cuenta de que ante tanto tsunami tecnológico la prioridad son las personas”, ha evidenciado Hernández Reche.
En este sentido, las empresas deberán evolucionar rápidamente para poder adaptarse a las nuevas circunstancias y tomar decisiones rápidas: los líderes serán fundamentales en este proceso de desaprendizaje, que tiene como objetivo la rápida adaptación a un nuevo entorno donde todo cambiara de manera constante. “En momentos de incertidumbre y disrupción, hay que ser más ágiles que nunca: la situación es muy compleja y se necesitan menos jefes y más líderes”, ha añadido remarcando que “el déficit de liderazgo no sólo afecta al mundo de las empresas privadas sino también al de la Administración Pública”.