Ripple, Tether o Ethereum. Son algunas de las 8.500 monedas virtuales que circulan por el mercado y más dan de que hablar, descendientes de la más importante de todas: el bitcoin. Esta criptomoneda ha revolucionado el mundo de la inversión y se ha posicionado como una alternativa cada vez más común en contraposición de los medios de pago convencionales, siendo la compraventa de inmuebles uno de los sectores donde más se están experimentando este cambio de tendencia.
Las criptomonedas surgieron como un método de pago seguro que eliminaba la necesidad de implicar a terceros actores, como los bancos. La legislación española permite la compraventa de inmuebles mediante criptomonedas. “Lo único que hay que hacer es convertir las criptomonedas a euros, realizar la equivalencia y formalizar los trámites con la Agencia Tributaria”, explica Josué García, IT Manager de LEM Loan eMarket, el primer marketplace de compraventa de deuda inmobiliaria en Europa.
Esta conversión se debe hacer a euros, ya que en la escritura pública debe aparecer una moneda vinculada a un banco central. Las criptomonedas no están vinculadas a ningún banco, su valor depende de las fluctuaciones del mercado.
Por ello, según el experto, para la compraventa con moneda virtual “se ha de fijar el día y la hora ante notario para la conversión a euros”, ya que este tipo de activos sufren muchas variaciones en el mercado. El valor actual del bitcoin, por ejemplo, ronda los 55.000 dólares, según el portal Investing, mientras que hace apenas seis meses estaba sobre los 15.000 dólares la unidad.
El experto advierte de que esta compraventa de inmuebles es cada vez más común, aunque en España esta tendencia es todavía incipiente, especialmente entre inversores. “Muchos invierten en criptomonedas para materializarlo en inmuebles a modo de inversión. El workflow de compraventa es el mismo”, asegura Josué García.
¿Qué es la tecnología blockchain?
El experto, además, destaca la seguridad de las monedas virtuales a la hora de pagar o recibir dinero. “Las criptomonedas son seguras, ya que trabajan bajo la arquitectura blockchain”, opina.
La tecnología blockchain es un registro único en “cadena” donde se graban todas las transacciones, en este caso de criptomonedas. “Si todos tenemos la misma información, significa que esa información es verdadera”, apunta Josué García.
“Esta igualdad hace que sea un sistema descentralizado, inmutable, anónimo y sin intermediarios que permite las transacciones seguras entre personas por todo el mundo”, añade el experto.
Así, mediante una red blockchain, donde todas las partes tienen la misma información y se establecen muros, es muy complejo repetir o falsificar la criptomoneda y las operaciones se hacen de forma cerrada, lo que le convierte este tipo de tejidos de pago son muy seguros.
Compraventa… ¿Y contratos?
“En realidad se puede pagar cualquier cosa con criptomonedas si las personas implicadas aceptan el método de pago”, explica Josué García, como puede ser las mensualidades del alquiler. “Las criptomonedas permiten operaciones sin límites geográficos e instantáneamente a través de Internet, por lo que se podría alquilar e intercambiar criptomonedas incluso con inquilinos extranjeros”, añade.
El único requisito, como con la compraventa, es la conversión de criptomonedas a euros, con la diferencia de que no se necesitaría un notario. “Un inquilino podría pagar de manera segura su alquiler mediante servicios de conversión online de criptomonedas a euros”, asegura el experto.
Por otro lado, es posible utilizar la arquitectura blockchain para realizar contratos o ‘smart contracts’ de manera pública o privada. “Permiten registrar el momento en el tiempo en que se registró el contrato, el importe u otros datos adicionales que se quieran añadir al contrato”, explica Josué García.
En este sentido, el experto expone cómo funcionan estos contratos. “Desde LEM Loan eMarket, usamos blockchain para registrar cada inversión ticketizada de nuestros inversores. Cada vez que un inversor invierte en nuestra plataforma se genera un contrato privado y se registra en blockchain”, explica. Estos documentos se ejecutan por sí mismos sin intervención de terceros, y son escritos por un programa informático.
La diferencia principal con un contrato tradicional es que un ‘smart contract’ puede tomar información y procesarla según las reglas establecidas y adoptar cualquier medida de forma automática.
“Hemos creado un sistema de verificación, seguro e inmutable junto a la red Alastria, trabajando junto a grandes empresas y bancos”, añade el experto.