El Ayuntamiento de Barcelona, a través del Institut Municipal de l’Habitatge i Rehabilitación (IMHAB) anunció el pasado mes la adjudicación del proyecto para la construcción de cuatro edificios residenciales públicos que servirán como alquiler social en el distrito de Sant Martí.
“La construcción de vivienda social es una de las mejores vías para que los precios del alquiler sean asequibles para todos los ciudadanos”, opina Vicenç Hernández Reche, CEO de Tecnotramit y presidente de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña (AIC).
Para el experto, “la escasez de vivienda pública”, se une a otros factores que hacen que haya una falta de oferta en el mercado del alquiler, encareciendo los precios por desajustes entre la oferta y la demanda.
“En los últimos años hemos registrado grandes aumentos en los precios del alquiler como consecuencia de la falta de oferta”, apunta. De este modo, el experto apunta a la regulación de la oferta como “vía para abaratar los precios del alquiler”.
En concreto, en la ciudad condal el IMHABadministra alrededor de 7.000 viviendas de alquiler social, a las que se les unirán estos cuatro edificios construidos con madera y metal, sumando 151 viviendas con capacidad para 350 personas y con un coste de veinte millones de euros para el Consistorio.
Construcción industrializada
Este nuevo proyecto inmobiliario se basa en la técnica de la construcción industrializada, una alternativa a la construcción tradicional. “Mediante una construcción industrializada, los tiempos de obra se reducen hasta un 40%”, destaca Hernández.
De este modo, la inversión municipal espera tener la obra terminada en apenas dos años y medio, casi la mitad del tiempo que llevaría en condiciones normales. El sistema de producción industrializado consigue esos menores tiempos gracias a la fabricación previa de los elementos estructurales de la obra.
Así, en opinión del experto, la construcción industrializada puede servir como vía para afrontar esta falta de oferta, con la rápida construcción de alquiler social.
Además, “se consigue un menor impacto ambiental y un mayor control de calidad”, de acuerdo con el experto. “Es común que este tipo de obras usen elementos reciclables, que se adaptan mejor a las exigencias legales actuales”, apunta.
Estos procesos de construcción se enmarcan en una “revolución”, en opinión del experto, de reducción de los tiempos de construcción en alternativa a las técnicas tradicionales. “El ladrillo está dando paso cada vez más, a una serie de técnicas como la producción industrializada o los materiales prefabricados”, destaca.