2022 está siendo un año convulso para la economía por el avance del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. En el caso concreto del sector inmobiliario, su impacto, motivado por la inflación y la tendencia alcista del euríbor, empezará a notarse más de cara al segundo semestre del año.
Uno los valores más afectados dentro del inmobiliario español es la vivienda residencial. En este sentido, Verónica M. Parellada Eller, fundadora y CEO de Inmoself, recuerda que ya en el cierre del primer trimestre de 2022 “se han visto indicios de este cambio de paradigma”, con un mayor peso de las compraventas residenciales por parte de inversores extranjeros, que pasó de una media del 11% en 2021 al 13%, según datos del Registro de la Propiedad.
“En estos meses se ha ralentizado el incremento de la compraventa residencial, pero el reparto geográfico indica que hay áreas como Madrid en el que han decrecido el número de compraventas respecto el año pasado, siendo áreas como Asturias fruto de nuevas tendencias de trabajo remoto y calidad de vida y espacios abiertos las que han empujado en positivo el % de compraventas. Otras áreas costeras tales como Canarias, Baleares, Cataluña y Andalucía donde la demanda internacional sigue al alza también han ayudado a que se mantenga en positivo el porcentaje interanual, favorecidas por la devaluación del euro”, revela.
Un mayor peso del comprador extranjero
Esta tendencia, advierte Parellada, va a cambiar en el segundo semestre del año, rompiendo la tendencia a la baja de compraventas a causa de las variables macroeconómicas actuales: “No cabe más que esperar que los datos de inflación para el segundo semestre se incrementen aún más, llegando a sobrepasar incluso el 10%, mientras que el euríbor, por su parte, no tendrá problema para situarse entre el 1,5% y el 2%”, añade.
“Estos datos van a impactar y se van a reflejar finalmente en la reducción interanual de compraventa residencia de ciudadanos nacionales, puesto que la renta disponible para hacer frente a la hipoteca de primera vivienda ha disminuido por la repercusión en la cesta de la compra y la energía, y acompañados de los incrementos de tipo de interés y de cuota hipotecaria no pueden más que reducir la posibilidad de compra, derivando la demanda a un incremento del alquiler residencial”, detalla.
Es por esto que, los términos generales, la experta llama a la precaución ante la inestabilidad actual del mercado y las tendencias alcistas registradas en diferentes valores, que podrían llegar a impulsar por encima del 10% la subida generalizada de precios de alquiler de viviendas en todo el territorio español.
Respecto a la inversión inmobiliaria, las subidas de precios de las materias primas, las subidas de interés, y la inflación, hacen prever que la producción de obra nueva para la venta va a reducirse y parte de ella reorientarse a inversión en alquiler.
De cara a la entrada de 2023, la previsible repercusión del IPC a los salarios pueden alargar estas tendencias a lo largo del próximo año.
“Prevemos una bajada de precios de venta en el residencial de entre el 5-10%, un descenso interanual de la firma de compraventas e hipotecas en residencial y el aumento del peso de la inversión extranjera en estas operaciones, manteniéndose estos actores por encima del 90% como inversores o parte en operaciones de terciario y comercial”, concluye la fundadora y CEO de Inmoself.