En un contexto inflacionista como el actual, el acceso a la vivienda se complica cada vez más. Los problemas son múltiples, sin embargo, el principal responsable es la gran diferencia existente entre el nivel de precios, al alza desde la irrupción de la pandemia, y el poder adquisitivo de los españoles, que con la crisis consecuente de la COVID-19 ha ido reduciéndose.
“En una situación ideal, un aumento generalizado en el nivel de precios, y en especial de la vivienda, debería ir acompañado de un aumento paulatino y simultaneo de los salarios de los trabajadores. La realidad, no obstante, es diametralmente opuesta, y nos encontramos en una situación de clara descompensación en la que la dificultad tanto para comprar una vivienda, como también para alquilarla, no deja de aumentar”, explica Ferran Font, director de Estudios y portavoz de pisos.com.
Revisando los datos disponibles, la totalidad de los organismos y organizaciones encargados de seguir la evolución, entre otros, del mercado inmobiliario, ya sea el Instituto Nacional de Estadística (INE) o el Consejo General de Notariado, coinciden en que los precios han ido en ascenso estos últimos años. En el caso concreto del INE, recogen en su Índice de Precios de la Vivienda en Alquiler (IPVA) subidas entre los años 2015 y 2020 del 13% y el 11,4% en las provincias de Barcelona y Madrid, respectivamente.
En este sentido, Font recurre a datos recabados por pisos.com para constatar esta tendencia. En el caso de la venta de inmuebles, el precio medio a pagar por metro cuadrado ha experimentado una subida del 13,38% en los dos últimos años, pasando de 1.696€ en mayo de 2020 a 1.923€ en mayo de este año. Y añade, “en el caso del alquiler, la situación no dista mucho, pues si bien alquilar un inmueble tipo de unos 90m2 tenía un precio de 873€ en mayo del año pasado, ahora la media en España ronda los 921€, es decir, un 5,5% más”.
Pérdida de poder adquisitivo
Este aumento de precios es especialmente preocupante cuando se tiene en cuenta la pérdida de poder adquisitivo que están experimentando la mayoría de las familias españolas. Según datos de Eurostat, España se encuentra dentro del Top 10 de países en los que más población – un 35,9% – destina al menos el 40% de su renta a la vivienda.
“No estamos hablando solo de unos salarios cada vez menos competitivos, sino que, con la creciente inflación, que ya en mayo alcanzaba el 8,7%, el poder adquisitivo de los hogares se ha visto muy reducido, y podría ser peor, vistas las previsiones para lo que resta de año”, afirma el experto.
Siendo España uno de los pocos países de la Unión Europea que no ha vuelto a la senda del crecimiento anterior a la pandemia, el gasto en vivienda será cada vez menor. Y es que el propio INE revela que la vivienda,el agua, la electricidad, el gas y otros combustibles han llegado a subir su precio hasta un 17,5% en los últimos doce meses, mientras que el transporte o la alimentación han experimentado aumentos del 14,9% y el 11%, respectivamente.
“Dos de los principales problemas de este país, en lo que a acceso a la vivienda respecta, residen en la falta de oferta, que cada vez puede dar menos respuesta a la demanda, y la falta de poder adquisitivo, pues los salarios no solo no han crecido al mismo ritmo que el precio de los inmuebles, sino que en muchos casos se han visto congelados” explica Font. “En este sentido, el problema no va tan ligado a las dificultades de poder pagar una cuota hipotecaria sino más bien al hecho de poder asumir la entrada de un inmueble dado que, una gran parte de los potenciales compradores, no disponen de un ahorro previo suficiente”, concluye el experto.