Vivienda Deprisa. Madrid. 01/07/2013
Pese a las dificultades económicas, las elevadas cifras de paro y el fin de los incentivos fiscales, el sector atraviesa por una etapa de precios asequibles que suponen una ventaja para los ahorradores interesados en la compra que pueden adquirir un inmueble sin necesidad de crédito bancario, otra de las grandes dificultades del momento.
Las nuevas familias o el aumento del número de miembros del núcleo familiar obligan a otros demandantes a bucear entre la oferta hipotecaria hasta encontrar el préstamo más ventajoso. Pero, ¿puede ese crédito, razonable hoy, ser un problema el día de mañana como lo han sido en el pasado ante el aumento del Euribor?
Según el INE, el número de hipotecas nuevas constituidas para la adquisición de una vivienda cayó el 18,1% interanual en abril y acumula ya tres años a la baja. Continúa la escasez de crédito bancario que fluye más libremente si el inmueble procede de la cartera inmobiliaria del banco.
Según Manuel Gandarias, director del Gabinete de Estudios de pisos.com, “que el importe medio de las hipotecas siga por debajo de los 100.000 euros, no solo demuestra que los pisos son más baratos, sino que la cantidad financiada por las entidades cubre una parte muy reducida del valor de la vivienda”. Todo esto conlleva también la caída del endeudamiento.
“Habrá que esperar a que el stock en manos de las entidades se reduzca, algo que dependerá de una mayor caída de precios y de la progresiva revitalización de la economía en general”, asegura Gandarias. Lo que también condicionaría la tendencia hacia rebajas generalizadas de precios.
Al margen del atractivo de unos precios cada vez más ajustados, en la actualidad los bancos son reticentes a los préstamos hipotecarios. La financiación es escasa y sus condiciones más duras. Los créditos cubren un máximo del 80% del valor de la vivienda y se elevan los diferenciales para compensar el riesgo. De este modo, aunque el Euribor se encuentra en mínimos históricos, las cuotas hipotecarias se elevan como consecuencia de unos elevados diferenciales.
En el pasado, además de los altísimos precios de la burbuja, las cuotas hipotecarias se dispararon por un Euribor que crecía sin freno. Algunos consumidores sufrieron un encarecimiento de la cuota que derivó en muchas dificultades para hacer frente a los pagos mensuales y a un incremento del número de ejecuciones hipotecarias.
Hoy, el Euribor, que vuelve a repuntar pero muy ligeramente, se encuentra en el entorno del 0,5%. Pero los elevados diferenciales bancarios, que llegan a alcanzar en algunos casos el 5%, pueden suponer una cuota razonable en la actualidad y pueden volver a ser un problema si, de nuevo, el indicador más utilizado para el cálculo de las hipotecas en España, retoma la senda alcista. El tipo fijo, aunque seguro, sigue sin ser una opción rentable.