TL. En el inmobiliario, como en otros sectores cuyos precios dependen de la oferta y la demanda, el mercado manda. Cierto es que los precios del alquiler en ciudades como Madrid o Barcelona distan mucho de las medias de otras regiones como pueden ser Teruel o Lugo. Y es algo sencillo de explicar, como ya lo hiciera en su día Adam Smith en su ley de la Oferta y la Demanda. Si sube la demanda y la oferta es baja, los precios aumentan. Y viceversa.
España cuenta con una creencia todavía muy arraigada que relaciona el alquiler con “tirar el dinero”, o la seguridad, con «invertir en el ladrillo».
Cierto es que la vivienda es un derecho constitucional reconocido y que el Estado debe velar por hacerla accesible. Luego, si queremos que los precios de los alquileres bajen para hacer de la vivienda un bien más accesible lo que tenemos es que conseguir que haya más viviendas en arrendamiento.
Parece algo sencillo en la teoría pero la práctica es mucho más compleja. No obstante, hay distintas fórmulas para conseguirlo: dar facilidades y seguridad, o imponer.
Más vivienda pública y privada en alquiler
España cuenta con una creencia todavía muy arraigada que relaciona el alquiler con “tirar el dinero”, o la seguridad, con «invertir en el ladrillo».
Durante los años previos a la crisis las políticas de vivienda también se enfocaban a la venta. Pisos públicos destinados a la compra o para alquiler con derecho a compra. Ahora la administración parece escandalizada con los precios y la escasa oferta en determinadas zonas, pero también ha contribuido a esta situación. No se trata de buscar culpables sino soluciones para todos.
Hoy, como ya se ha anunciado, esto irá cambiando hacia políticas enfocadas a la creación de un parque de vivienda público de alquiler.
No obstante, la creación de ese nuevo parque público (en zonas de nuevo desarrollo) no rebajará los precios en zonas “tensionadas” del centro de Madrid o Barcelona. Para eso seguimos necesitando del sector privado.
¿Cómo poner más viviendas al servicio del alquiler?
Por un lado, podemos dedicar más recursos a la construcción de vivienda pública y poner en alquiler aquellas viviendas disponibles de otras promociones.
Pero los incentivos fiscales y la seguridad jurídica se reconocen como las mejores fórmulas para fomentar que el mercado privado, las empresas propietarias y los particulares, entren en el mercado del alquiler por iniciativa propia.
Para rebajar los precios de alquiler en el centro de las ciudades necesitamos del sector privado
La experiencia nos dice que el incentivo es la mejor respuesta, ya que contribuye a la auto regulación. Aumenta la oferta, luego bajan los precios a medida que se regula la demanda.
Pero esto, claro, no se logra de un día para otro.
Cuando sólo se piensa en una de las partes
Claro que puede haber otras fórmulas para regular los precios, como propone el Gobierno central, que ya prepara un índice de precios de alquiler “para zonas tensionadas”. Pero esto, como cualquier otro intervencionismo, acaba siendo perjudicial, ya que sólo piensa en una de las partes. Se olvida del propietario o arrendador. Se olvida de sus derechos y de la seguridad jurídica. Y a la larga, esto pasa factura.
Según expertos del inmobiliario, como ha publicado Luis Corral, CEO de Foro Consultores, este control puede producir el efecto contrario y hacer disminuir el número de viviendas en alquiler (el 80% está en manos privadas). Además de que se corre el riesgo de recuperar prácticas ilegales como los pagos en B, o generar conflictos entre administraciones.