Un sector de sectores. A constructores, promotores, albañiles, arquitectos, aparejadores, inmobiliarias, o tiendas de muebles, se suma una importante industria de puertas, ventanas, cementos, tejas y ladrillos, suelos o cerámicas, entre otros. Y todos forman parte del mismo sector, el del ladrillo.
Una observación que puede parecer lógica pero que a menudo olvidamos representando a todo el sector con promotores y constructores. Y ahora no atraviesan por su mejor momento de popularidad.
Los bancos. Con el estallido de la burbuja inmobiliaria y a medida que van ganando propiedades en sus balances, aparece en el sector un nuevo agente: los bancos (y cajas), que además controlan la financiación. Y serán un elemento vital para revitalizar la actividad inmobiliaria.
La subida de los consumos son un verdadero problema para las economías domésticas pero también para la industria. Los incrementos en la factura de la luz, no sólo obligan a echar cuentas a los presupuestos familiares sino que pueden conllevar el cierre de una fábrica, en especial en una industria muy asfixiada donde la exportación no es siempre una alternativa.
Las cementeras han reducido su producción hasta mínimos, al igual que los fabricantes de ladrillo. Otros sectores, de reconocimiento internacional y con mejor situación en el mercado exterior como el de los azulejos, sufre importantes pérdidas ante el encarecimiento del uso de los hornos, vitales para su funcionamiento. Como otros negocios en esta crisis han visto reducir su producción drásticamente.