Un 42% de los españoles que viven de alquiler ha buscado otra casa en el mercado de arrendamiento durante los meses de confinamiento y desescalada, mientras que un 33% de ellos está buscando vivienda en el mercado de la propiedad.
Así se extrae de los últimos datos del estudios ‘La demanda de vivienda después de la Covid-19’, elaborado por el portal inmobiliario Fotocasa, que muestra que entre los que viven en casas de propiedad, esos porcentajes son sensiblemente más bajos, ya que solo un 1% de ellos busca casa para alquiler y el 16% busca casa para comprar.
El estudio explica que este mayor nivel de actividad de los inquilinos entre 18 y 65 años se explica por la mayor facilidad de rotación residencial que tienen respecto a los que viven en casas de propiedad, al contar con flexibilidad contractual, menores cargas familiares y la posibilidad de movilidad geográfica.
No obstante, Fotocasa señala que aunque los que viven de alquiler tienen un mayor nivel de actividad en el mercado inmobiliario, también se han visto más afectados por la pandemia. Entre ellos, la entrada de nuevos demandantes (los que antes no buscaban vivienda y ahora sí) queda lejos de cubrir el volumen de los que salen del mercado (los que antes buscaban y ahora no).
Entre los que viven en una casa en propiedad ese efecto es mucho más amortiguado, de forma que los que han entrado (previsiblemente buscando alguna buena oportunidad en un mercado revuelto) después de la crisis sanitaria prácticamente cubren todas las salidas que se han producido en este periodo.
Además, el estudio constata que el perfil de los que viven en una vivienda de alquiler es más joven, ya que el 46% de los inquilinos tiene entre 18 y 34 años, con un nivel socioeconómico algo inferior pero un nivel de estudios ligeramente superior respecto a los que viven de propiedad.
De igual forma, entre las personas que residen en un inmueble de alquiler hay un nivel superior de paro (29%) y más de la mitad viven solos o con sus parejas (sin hijos), teniendo mayor protagonismo en las capitales de provincia y ciudades medianas (más de 50.000 habitantes), mientras que la propiedad es una opción con mucho más peso en las ciudades pequeñas y los pueblos.
De su lado, los que viven en una casa en propiedad tienen mayor edad y un mayor porcentaje de personas trabajando (59% frente al 55% del alquiler). Se trata de personas que tienen un nivel socioeconómico ligeramente más alto y que en 6 de cada 10 casos viven con sus parejas o con sus parejas e hijos.
EL PRECIO, CUESTIÓN CLAVE
Tanto para los que viven de alquiler como en propiedad, la principal inquietud a la hora de lanzarse a la búsqueda de una nueva vivienda es el precio, especialmente para los inquilinos, puesto que el 37% lo señala como el principal motivo frente al 20% de propietarios.
Dejando a un lado el precio, en ambos targets existen motivos similares por los que ahora se plantean o podrían plantear un cambio de vivienda, como cambiar la situación de convivencia, la búsqueda de espacios al aire libre como terrazas o jardines y las características del inmueble.
Respecto al teletrabajo, el porcentaje de teletrabajadores es muy similar entre las personas de 18 a 65 años que viven de alquiler (29%) y quienes viven en una casa en propiedad (26%).
A su vez, el haber tenido que teletrabajar ha propiciado que las personas valoren aquellos elementos que resultan imprescindibles para poder hacerlo en condiciones, por lo que se prima la disponibilidad de conexión de banda ancha y un buen equipamiento informático.
Además, los que viven de alquiler valoran más tener una estancia independiente para trabajar (24% frente al 19 % de los que viven en propiedad) y tener mobiliario acorde para el teletrabajo (22% frente al 11%).
En líneas generales, las personas que residen en una vivienda en propiedad la tienen más preparada para el teletrabajo que los que están de alquiler, ya que el 57% de los que viven en propiedad dispone de una estancia independiente para teletrabajar, frente al 34% de los inquilinos.