Más luz, más espacio y más tranquilidad. La pandemia ha traído una serie de cambios de comportamiento, que transitorios o no están definiendo el mercado de la vivienda. El resultado es el notable aumento de la compraventa de chalets o viviendas unifamiliares en lo que llevamos de año, una tendencia que parece que seguirá al menos durante un tiempo.
“Hasta ahora, para muchas personas la vivienda no era más que una solución habitacional, un sitio donde ir a dormir y poco más”, explica Lola Alcover, secretaria del Consejo General de COAPI España, quien opina que el trauma derivado por el confinamiento“ha hecho que las personas se hicieran conscientes de los beneficios y carencias de sus hogares”.
En concreto, de acuerdo a los datos de Lacoop, la demanda de chalets ha aumentado un 152% en el primer semestre de 2021, una demanda que se debe a estos cambios en la mentalidad y en la forma de ver la vivienda, opina la experta.
Estos cambios, señala Alcover “han animado el mercado de la compraventa”, ya que, en muchas ocasiones, “para poder comprar una vivienda hay que vender la actual”. Además, también apunta a un aumento de las reformas, como consecuencia de las adaptaciones de los domicilios al teletrabajo y otras nuevas necesidades.
De este modo, de entre las operaciones que constan en el Registro de la Propiedad de enero a marzo, un 21% de ellas corresponden la compraventa de viviendas unifamiliares, un porcentaje que aumenta hasta casi el 40% en lugares rurales como Castilla La Mancha, Extremadura (28%) o Castilla y León (26%).
Nuevas necesidades, nuevo mercado
Para explicar este fenómeno, Alcover distingue dos tipos de “nuevas necesidades” como consecuencia de la irrupción de la pandemia. Por un lado, señala, “el de mayor poder adquisitivo, que ha detectado las necesidades y busca algo muy cercano y bien comunicado con la población en la que trabaja”.
El otro tipo, apunta, es un perfil “que ha visto que puede teletrabajar, y a quien le da igual alejarse de su zona de trabajo habitual hasta entonces.” La combinación de ambos ha creado, para la experta, “un nuevo mercado”, donde la ubicación no es un elemento tan relevante.
¿Éxodo urbano?
Alcover señala que, a pesar de estos cambios, las “zonas tradicionales de los cascos urbanos” no han perdido mercado, a pesar de que los cambios de tendencia apuntan a una mayor búsqueda de la naturaleza, más superficie útil y “mejores equipamientos individuales”.
Por lo tanto, la experta descarta que se vaya a producir un cambio radical en la demanda y la gente abandone las ciudades. “Ya en otros tiempos hubo una tendencia hacia la vivienda unifamiliar y las urbanizaciones cercanas, pero los perfiles eran distintos, se circunscribía, por lo general, a la clase alta o media-alta con hijos pequeños”, asegura.
“En estos momentos las motivaciones son distintas y habrá que estar atentos a la evolución de esta nueva tendencia”, añade.