En 2021, el número de transacciones inmobiliarias se situaron en torno a las 500.000 viviendas, unos datos que reflejan el interés que existe por el ladrillo en España. En este contexto, la demanda por las viviendas prefabricadas ha experimentado un fuerte interés en las provincias de Barcelona Madrid y Valencia. En este escenario, la provincia de Barcelona se hizo con un 13% de las peticiones nacionales para la construcción de ese tipo de activos. Pero ¿a qué se debe este creciente interés?
La gran variedad de este tipo de inmuebles hace que sean una oferta muy atractiva, además de caracterizarse por tener unos cortos plazos de entrega. “La construcción de este tipo de viviendas puede durar entre tres y ocho meses, en un contexto en el que el 80% de su construcción se realiza en plantas industriales”, explica Iñaki Unsain, personal shopper y presidente de la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI).
Un activo que despierta interés entre los jóvenes
Además, los compradores más jóvenes no ven un problema en los prefabricados, algo que anteriormente solía echar para atrás a los compradores más tradicionales. Unsain explica que “los clientes jóvenes suelen mostrarse más favorables a la compra de viviendas prefabricadas, ya que suelen ser construcciones más económicas, y su coste se puede reducir hasta un 40% en relación con algunas casas tradicionales. Otro factor que despierta gran interés es la sostenibilidad. Estas viviendas suelen ser más respetuosas con el medioambiente, ya que se trabaja con materiales como la madera.
“Ahora nos encontramos en el mercado viviendas unifamiliares diseñadas por arquitectos de gran prestigio con un diseño espectacular y con una eficiencia energética máxima, mínimos defectos constructivos y acortamiento de plazos de entrega a la mitad de los de una vivienda convencional”, afirma Iñaki Unsain.