Caída del 6% en las ventas de costa si se limitara el acceso a compradores internacionales

La cadena norteamericana Keller Williams, con 15 oficinas en España y más de 700 agentes inmobiliarios, cifra en un 6% la caída de las ventas en las zonas de costa españolas en el caso de que se impusieran limitaciones a la compra de viviendas a extranjeros extracomunitarios no residentes. Según la compañía, las medidas orientadas a limitar el acceso a este perfil de comprador, afectaría principalmente regiones como Baleares, la Costa del Sol, Alicante, Barcelona, Costa Brava y Valencia, áreas clave del turismo residencial de lujo.

Un auge significativo en la compra de viviendas por extranjeros

La demanda de vivienda por parte de compradores internacionales ha experimentado un importante incremento desde la pandemia, con un aumento del 30,7% respecto a 2019, según el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana (MIVAU). En concreto, durante 2024, Keller Williams registró un incremento del 7% en ventas a compradores internacionales, quienes ya representan un 31% de las ventas de la cadena, y un 15% del total de transacciones inmobiliarias en el país. Este segmento está formado en su mayoría por inversores británicos, europeos, marroquíes, estadounidenses, chinos, rusos y compradores sudamericanos.

“El mercado inmobiliario español se ha convertido en un polo de atracción para inversores internacionales, quienes encuentran en nuestro país una combinación única de rentabilidad, clima, gastronomía y calidad de vida” señala Leonardo Cromstedt, presidente de Keller Williams España & Andorra. “El precio de la vivienda de lujo en España oscila entre 6.000 y 13.000 euros/m² en ciudades como Madrid y Barcelona, frente a los 12.000 y hasta 23.000 euros/m² que alcanzan propiedades similares en París o Londres” añade.

Desde Keller Williams se recalca que, a pesar de las buenas intenciones, este tipo de medidas puede tener un impacto limitado sobre los problemas de acceso a la vivienda que enfrenta la población local. Según sus datos, los compradores extranjeros representan exclusivamente el 3% de las transacciones totales, concentrándose principalmente en viviendas de lujo que no entran en competencia directa con los hogares asequibles.

Además de disminuir la competitividad del sector inmobiliario español frente a otros destinos europeos como Portugal y Grecia, una iniciativa de este tipo también podría perjudicar el atractivo general de España para inversores internacionales, impactando negativamente en regiones que dependen en gran medida del turismo residencial y el mercado de lujo. “España debe aspirar a políticas equilibradas que simultáneamente atraigan inversión a futuro, no especulativa, y protejan a los residentes locales sin comprometer un motor esencial de nuestra economía”, añade Cromstedt.

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