La evolución del inversor inmobiliario en España en los últimos cinco años revela un cambio radical en su comportamiento. En un mercado completamente dominado por el cambio de paradigma tecnológico, en España el 40% de las decisiones de compra de una vivienda como inversión ya se toman antes de haber realizado la visita presencial al inmueble, cuando en 2020 esa cifra no superaba el 15%. Son datos de la consultora ENLACE.
El informe refleja la consolidación de un inversor más pragmático y tecnológico. Además de haber rejuvenecido (edad media actual: 41 años frente a los 47 de hace cinco años), este nuevo perfil combina movilidad geográfica, búsqueda de rentabilidad a corto plazo y un alto interés en activos alternativos. De hecho, el 45% ya invierte en viviendas fuera de su comunidad autónoma, apoyándose en herramientas de realidad virtual y gestión remota, y alrededor del 15% destina parte de su capital inmobiliario a productos tokenizados.
Para Marc Ollé y Francesc Salas, socios fundadores de ENLACE, se trata de un punto de inflexión: «El inversor digital ya no se conforma con comprar una vivienda para alquilarla. Busca agilidad, diversificación y acceso inmediato a métricas de rentabilidad. Es un perfil mucho más informado, acostumbrado a operar en otros sectores financieros, y que exige al inmobiliario el mismo nivel de transparencia y velocidad que en la bolsa o las criptomonedas», subrayan.
ENLACE también pone de manifiesto nuevas motivaciones: más del 50% de los inversores prioriza hoy la liquidez y la posibilidad de venta rápida frente a la rentabilidad bruta, un cambio sustancial respecto a hace cinco años, cuando predominaba la inversión patrimonialista a largo plazo. Asimismo, la regulación medioambiental ha ganado mucho peso y la sensibilidad por criterios ESG se ha disparado: el 60% no invertiría en un activo sin certificado energético A o B, lo que revaloriza inmuebles sostenibles y el segmento de la obra nueva.
ENLACE concluye que el inversor inmobiliario actual tiene una gran fuerza transformadora y disruptiva en el mercado inmobiliario español. La madurez de las herramientas proptech y fintech, sumada a la irrupción de plataformas de tokenización y financiación online, anticipa un escenario donde la inversión inmobiliaria será más líquida, transparente y global que nunca.