EFE. El Banco de España calcula que solo este año se generará un déficit de más de 100.000 viviendas, que se sumará a la falta de 400.000 inmuebles acumulada entre 2022 y 2024, un desfase que puede constituir un «cuello de botella» para el mercado de trabajo, ha advertido el gobernador, José Luis Escrivá.
En un acto organizado este lunes por el Consejo General de Economistas (CGE), Escrivá ha situado la vivienda como uno de los grandes retos de la economía española, por lo que ha urgido a la «movilización» de todas las administraciones ya que, si no se ataja, «el problema puede ir a peor».
El problema, ha insistido, está en la falta de oferta, que se ha traducido en una «subida fuerte de los precios», por lo que hay que «activar todas las palancas» para que no afecte al mercado de trabajo.
Otro reto: reducir la tasa de paro
En ese sentido, el gobernador ha apuntado que otro de los retos es reducir la «relativamente alta» tasa de paro, que se mantiene a pesar del fuerte crecimiento del empleo de los últimos años, ya que las «políticas activas de empleo no acaban de funcionar» a la hora de recualificar a los desempleados.
Escrivá detecta «falta de calidad» en los servicios de empleo autonómicos y falta de coordinación entre administraciones, lo que se traduce en un «cierto fracaso» de las políticas activas de empleo, aunque ha valorado que la «migración ha compensado ese efecto» y ha evitado que se produzcan cuellos de botella en el mercado laboral.
Otro de los retos es avanzar en una mayor credibilidad de las finanzas públicas, ya que actualmente falta «detalle y concreción» de muchas medidas de medio plazo por las «resistencias» a incorporar estas proyecciones en los cuadros macroeconómicos.
Junto a ello, ha subrayado la necesidad de acercar la productividad a la media de la Eurozona, donde todavía «hay mucho recorrido», y por avanzar en la simplificación del sector público.
Diferencial de crecimiento en «máximos históricos»
El diferencial de crecimiento entre España y la Eurozona se encuentra actualmente «en máximos históricos» sin que, por el momento, se haya producido «ningún desequilibrio» de precios o exceso de demanda interna que pueda mermar la competitividad como ocurrió en la primera década del siglo, ha apuntado Escrivá.
Este diferencial se debe, ha explicado, a varios factores, entre ellos la mayor demanda de servicios, sobre todo turísticos, tras la pandemia; así como al potencial de España para prestar servicios de forma remota; la bajada del precio de la energía o los menores cuellos de botella en el mercado laboral gracias a la migración.
Las previsiones económicas del Banco de España, presentadas la pasada semana, apuntan a un «cierta desaceleración» del crecimiento económico hacia niveles más alineados con el crecimiento potencial, ha explicado Escrivá, que no espera que las previsiones se vayan a ver afectadas por la revisión de los datos de PIB llevada a cabo por el INE.