Simone Colombelli, director de Hipotecas de iAhorro.
«Antes del verano, muchos pensábamos que la reunión del Banco Central Europeo (BCE) prevista el jueves 11 de septiembre podía traer buenas noticias para los tipos de interés oficiales. Sin embargo, la situación ha cambiado, y todo apunta a que Christine Lagarde anunciará tras la cita un mantenimiento de los tipos en el 2% actual, sin bajarlos por el momento.
¿Por qué? Hay varios motivos. El más importante es la inflación en la eurozona. Aunque venía moderándose, en agosto dio un pequeño repunte, pasando del 2% de julio al 2,1%. Es un aumento leve, seguramente derivado del mayor consumo típico del verano, pero suficiente para que el BCE prefiera no arriesgarse y actuar con cautela. Esto muestra que, aunque la inflación está bajo control en general, todavía hay factores que pueden hacerla subir de forma puntual, y el BCE quiere evitar que se descontrole.
Tampoco podemos olvidarnos de la situación política y geopolítica que estamos viviendo. La guerra entre Ucrania y Rusia sigue siendo un foco de tensión, y a eso se suman los conflictos en Oriente Medio y la inestabilidad política en algunos países europeos, como Francia. Todo esto genera incertidumbre y hace que los mercados estén más sensibles a cualquier cambio de política monetaria, así que el BCE mantiene un perfil prudente.
Otro factor que influye es la economía de Estados Unidos. La Reserva Federal está siendo más agresiva que el BCE con sus decisiones y no parece que vaya a bajar sus tipos de interés a corto plazo. Por tanto, si el BCE bajara sus tasas ahora, se crearía una gran diferencia entre Europa y Estados Unidos, lo que podría mover mucho los mercados de divisas y los flujos de capital, debilitando al euro y haciendo que los inversores buscaran refugio en Estados Unidos. Esto no solo afectaría a las grandes empresas y a la inversión internacional, sino también al bolsillo de los ciudadanos, porque podría influir en los precios de los productos importados.
Con todo esto, de cara a los próximos meses no parece que haya una senda establecida. Es más, es probable que el Banco Central Europeo adopte una actitud de “esperar y ver”. Si la inflación se mantiene contenida y la economía europea no entra en una desaceleración demasiado brusca, podríamos ver nuevas bajadas en 2025, pero siempre de manera muy gradual, y no están del todo garantizadas. El riesgo de que los tipos se mantengan en el 2% hasta el próximo año está sobre la mesa.
¿Cómo afecta esto a las hipotecas? Para el mercado hipotecario, la noticia es bastante neutral, ni negativa ni positiva. Si los tipos de interés oficiales no bajan, el euríbor tampoco caerá del umbral del 2% a corto plazo, así que quienes tengan que revisar su hipoteca variable en los próximos meses no verán bajadas de cuota tan grandes como antes, aunque podrían seguir viendo alguna pequeña rebaja, sobre todo en revisiones anuales.
En cuanto a las hipotecas nuevas, los bancos siguen ofreciendo muy buenas condiciones, tanto a tipo de interés fijo como mixto, y son productos atractivos. Tanto es así que, por ejemplo, ahora mismo perfiles solventes para la banca podrían conseguir hipotecas fijas de hasta el 1,70% TIN gracias a la comparación y al asesoramiento de los expertos de iAhorro y mixtas con tipos de interés iniciales muy cercanos al 1% TIN.
Igualmente, este periodo de estabilidad podría ayudar a que los precios de la vivienda en España se frenaran un poco y no sigan subiendo al ritmo disparado de los últimos meses, algo que beneficiará tanto a quienes buscan comprar su primera vivienda como a aquellos que quieren cambiar de casa. En resumen, el mensaje para el ciudadano medio es que la situación se mantiene estable: no hay sorpresas dramáticas en los tipos, pero tampoco bajadas que alivien las cuotas de las hipotecas de forma significativa.”