El Banco Central Europeo (BCE) celebra mañana su última reunión del año y lo que está claro es que anunciará un nuevo recorte de los tipos de interés oficiales, el cuarto de 2024, pero es posible que no sea tan drástico como algunos sectores esperan. La lógica nos dice, sobre todo después de lo que hemos vivido en los últimos años, que Christine Lagarde no va a arriesgarse a que la inflación vuelva a dispararse en un momento en el que la incertidumbre política, y por tanto también económica, está en su máximo esplendor, sobre todo tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y la moción de censura contra Michel Barnier en Francia.
Entonces, lo más probable es que mañana el BCE apruebe una nueva reducción de 0,25 puntos porcentuales o, lo que es lo mismo, 25 puntos básicos en los tipos de interés, hasta situarlos en el 3%. De esta forma y siguiendo con su estrategia conservadora, el organismo europeo apoyaría el crecimiento económico, pero con un ojo puesto en su objetivo principal: que no haya nuevos repuntes en la inflación, que ahora mismo se sitúa en el 2,3% en la eurozona, un poco por encima de la meta del 2% que se ha marcado Lagarde.
¿Qué pasará en 2025?
El Banco Central Europeo tiene previsto reunirse ocho veces el año que viene. La primera de estas citas tendrá lugar el 30 de enero. Esa fecha será clave para ver cómo han afectado las Navidades (época en la que el consumo en los hogares se dispara) a la inflación. En caso de seguir la senda actual, es decir, bajo control, seguramente Lagarde y su equipo continúen recortando los tipos, lo que podría hacer que alcancen niveles del 2,5% durante el primer trimestre del año. Así, el 2025 podría terminar con los tipos de interés oficiales incluso por debajo del tipo de interés neutral del 2%, aunque todavía queda mucho y hay que ser cautos con las previsiones.
¿Cómo afectaría un recorte de 0,25 puntos a los hogares?
Por un lado, sería una mala noticia para los ahorradores: al reducirse los tipos de interés, quienes tengan su dinero invertido en productos de renta fija como los depósitos o las cuentas remuneradas experimentarían un descenso en sus rendimientos. No obstante, la buena noticia llegaría para los prestatarios, que verían cómo su deuda se abarata. Un claro ejemplo son los hipotecados: al reducirse los tipos de interés oficiales, el euríbor también caerá y quienes tengan una hipoteca variable pagarán menos intereses por ella cuando les toque hacer la próxima revisión. Igualmente, quien esté pensando en pedir una hipoteca (sobre todo fija o mixta), podrá optar a productos mucho más baratos, es decir, pagará menos intereses por el préstamo al banco.
Eso sí, debemos tener en cuenta que los bancos no tendrán tiempo de aplicar esta reducción de tipos en sus ofertas en diciembre y, aunque lo hicieran, cualquier cambio que se haga ahora ya no tendría efecto en 2024, si no en 2025. Por tanto, prevemos un mercado plano hasta Navidad y, a partir de enero, nuevas bajadas de precios en las hipotecas. Por ejemplo, a partir de enero podríamos ver ya hipotecas fijas en torno al 2% TIN y mixtas cerca del 1% TIN; ofertas muy muy buenas y que ayudarán a compensar un poco el precio de las viviendas, que eso sí esperamos que siga subiendo”.