El producto residencial premium español sigue estando en el radar del comprador internacional a pesar de los trastornos ocasionados por la pandemia. Así de contundentes se han manifestado los ponentes de la duodécima mesa redonda de SIMAPRO 2020, que ha abordado la situación actual de las viviendas de alto standing.
“Con el COVID han bajado las visitas a España para conocer nuestro producto residencial premium, pero no el interés por el mismo”, ha dicho Roberto Roca, para quien la mejora de las infraestructuras y del propio producto residencial ha incrementado el atractivo de España en el mercado europeo. Un argumento compartido por los tres ponentes del panel, en especial por Jesús Gil Marín, que ha afirmado que en las actuales circunstancias las viviendas volverán a ser el salvavidas de la economía española. “El ladrillo nos va a seguir salvando durante las crisis. Es la pócima mágica que deberían cuidar las administraciones agilizando licencias y permiso para acelerar los desarrollos residenciales”.
El panel también ha llamado la atención sobre el cambio de perfil del comprador extranjero de la vivienda premium de nuestro país, lo que en opinión de los ponentes está incrementando importantes diferencias entre los potenciales adquirientes. “Ahora mismo, los principales clientes del producto residencial de lujo en la Costa del Sol son suecos, alemanes, daneses, belgas u holandeses”, ha detallado Jesús Gil Marín, para quien el verdadero secreto de esta circunstancia radica “en nuestras enormes posibilidades para garantizarles el teletrabajo, que es una prioridad para todos ellos en estos tiempos de pandemia”. En cambio, la nacionalidad del comprador del premium madrileño es muy diferente, sobre todo mexicanos y venezolanos, que, como ha recordado Alejandro Bueso-Inchausti, “comenzaron a comprar viviendas de lujo hace unos años a unos precios muy por encima del mercado, que a todos nos pareció una locura y que hora son un estándar”.
Todos los ponentes también han sido unánimes al considerar las singularidades del producto residencial premium, lo que en ocasiones favorece su incomprensión, lo que dificulta su salida, como ha reflexionado Enrique López-Granados. “El producto prime de costa se dirige a un cliente internacional, simplemente porque es el producto el que elije al cliente. En este sentido, el producto residencial de lujo no es un gran negocio. Hay que estar preparado para entenderlo”, ha concluido. ion&qu