La financiación participativa en el mercado inmobiliario costero sigue ganando terreno en España. Según la cartera y operaciones de Civislend, ya se han financiado 74 proyectos en zonas de costa, con una inversión agregada de más de 136 millones de euros. Estas cifras, junto con unarentabilidad media del 10,5 % y un plazo de retorno medio de 16 meses, consolidan el atractivo del modelo para inversores que buscan rentabilidad en activos tangibles sin necesidad de adquirir una propiedad completa.
Los datos reflejan una dinámica clara: la costa es una de las geografías más activas dentro del crowdlending inmobiliario. Destinos como Málaga (19 proyectos), Mallorca (11), Cádiz (8), y Barcelona y Tarragona concentran buena parte del volumen. También aparecen con fuerza zonas del norte como Asturias o el País Vasco, que atraen capital por su estabilidad de demanda y un perfil de usuario que prioriza el entorno natural y el clima templado frente a otros modelos más vinculados al turismo de temporada.
Uno de los ejemplos recientes de este tipo de operaciones es el Proyecto Casa Cisco Getxo, orientado a la financiación parcial de la rehabilitación de un edificio ubicado en Las Arenas, Getxo (Vizcaya). El activo, anteriormente destinado a uso de oficinas y catalogado con protección patrimonial, se transformará en un exclusivo conjunto de 9 viviendas, 9 trasteros y 15 plazas de garaje, en primera línea de costa, una de las zonas residenciales más demandadas del País Vasco. La operación ha captado 2.200.000 euros a través de financiación participativa, con un tipo de interés nominal del 10,5 %, una duración de 18 meses y la participación de 1.011 inversores.
«La concentración de operaciones en zonas costeras responde a un desequilibrio entre oferta y demanda de vivienda en municipios litorales, al auge del alquiler turístico y de segunda residencia, así como a la buena aceptación de promociones en estas áreas, han reforzado su atractivo para inversores particulares”, afirma Íñigo Torroba, CEO de Civislend.
Frente a otras fórmulas menos líquidas o con mayor complejidad de gestión, la financiación participativa permite seleccionar cada operación con desde importes reducidos con un horizonte temporal definido.
Así, este tipo de inversión ha ganado especial tracción entre perfiles que buscan diversificar su ahorro a través de canales digitales. La trazabilidad de los proyectos, los retornos estables y los plazos razonables han convertido a la financiación participativa en una opción con cada vez mayor presencia dentro del ecosistema inversor.