El Índice Registral de Actividad Inmobiliaria (IRAI) elaborado por el Colegio de Registradores muestra un descenso del 12,6% en el segundo trimestre del año por el impacto de la crisis del Covid en compraventas e hipotecas, en contraste con la tendencia general creciente que experimentaba el índice desde 2014.
El valor del IRAI, que conjuga transacciones e hipotecas inmobiliarias inscritas en los registros de la propiedad con la actividad mercantil del sector de la construcción e inmobiliario, se situó en el segundo trimestre en 97,80 (111,93 el trimestre anterior) y el índice suavizado, libre de factores estacionales, en 102,26 (105,01 el trimestre anterior).
Los registradores destacan que se observa, por tanto, «una fuerte contracción» de la actividad inmobiliaria en este segundo trimestre debido a la pandemia, estimándose en una caída del 12,62% la tasa de variación trimestral (-2,62% para el índice suavizado).
Asimismo, la evolución anual del IRAI durante el segundo trimestre mostró un importante descenso del 10,73%, el mayor de los últimos años, convirtiendo la desaceleración suave del crecimiento mostrada en 2019 en «abrupto descenso» debido a la situación económica derivada de la pandemia, según destacan los registradores.
Los crecimientos de entre el 7% y el 9% de 2017 y 2018 pasaron a ser del entorno del 2% en 2019, con trimestres incluso de ligeras caídas, hasta llegar al trimestre actual, que sufrió de lleno las restricciones a la actividad económica motivadas por la declaración del estado de alarma.
La evolución negativa del IRAI mostrada en los datos anuales al término del segundo trimestre se produjo fundamentalmente por el gran descenso en el área de propiedad (-14,63%) debido fundamentalmente a la caída del número de compraventas (-18,87%) y a la del número de hipotecas (-19,84%), que no pudo ser compensada por los aumentos todavía registrados en el precio de las compraventas (+9,22%) y en el importe de las hipotecas (+8,89%).
En el área de las sociedades mercantiles, la reducción más acusada correspondió al sector de la construcción (-3%), mientras que el sector inmobiliario mantuvo todavía un comportamiento positivo (+6,43%), si bien este hecho vino motivado únicamente por el fuerte descenso de los procesos concursales sobre el año anterior.