La llegada de la COVID-19, hace ya más de un año y medio, generó un cambio de tendencias en las necesidades de los españoles en referencia al segmento de la vivienda. El Estado de Alarma y los meses de confinamiento han ocasionado un cambio del estilo de vida de los españoles, y, por ende, un cambio en las preferencias de búsqueda de viviendas. Iñaki Unsain, presidente de la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliaria (AEPSI) asegura que “la demanda de viviendas unifamiliares ha aumentado un 65% desde que se inició la pandemia”.
De hecho, a finales de 2020, las ventas de este tipo de viviendas alcanzaron un máximo histórico: el 22,5% del volumen total de transacciones, mientras que la vivienda colectiva se situaba bajo mínimos con un 77,48%. Y es que, aunque la vivienda colectiva aún sigue siendo protagonista en todo el país, en algunas comunidades autónomas como Cantabria la vivienda unifamiliar está empezando a situarse como primera opción en las compraventas.
“La implementación de nuevas rutinas como el teletrabajo han provocado un aumento de la demanda de casas ubicadas en zonas periféricas y urbanizaciones situadas a unos 40 km de las grandes ciudades. Actualmente, los inversores también dan mucha importancia a los elementos exteriores como piscinas, jardines y grandes terrazas”, argumenta el presidente de AEPSI. Estas cualidades son algunos de los elementos que más predominan entre la oferta de los inmuebles de nueva construcción y por ese motivo se ha ensalzado la demanda de la obra nueva.
Además, Montse Moreno, vicepresidenta de AEPSI, afirma que “nos encontramos en un contexto donde se le da cada vez más importancia a la eficiencia energética. Por ejemplo, la sostenibilidad de la mayoría de los inmuebles de obra nueva puede repercutir directamente al descenso del consumo del gas o la luz y esto, en una situación en la que su coste está en aumento, se ha convertido en un aspecto que el comprador tiene notablemente en cuenta”.
En este contexto, las entidades de financiación también han apostado por premiar a los compradores de este tipo de residencias, ya que les ofrecen un tipo de interés más reducido a través de las nuevas hipotecas verdes. “Estas iniciativas economizan el coste de las viviendas situadas en las zonas periféricas, que normalmente son más grandes y a su vez, más caras y hacen que la obra nueva pueda ser más asumible por los potenciales compradores”, añade Unsain.