El alquiler de habitaciones en viviendas compartidas es tendencia, además de entre estudiantes, entre personas que cuentan con su trabajo, incluso parejas, así como separados o divorciados que prefieren vivir en compañía, con la consiguiente rebaja que supone de la inversión destinada a la vivienda. Era una tendencia pre Covid que vuelve a consolidarse con la recuperación sanitaria, según el primer análisis de ARRENTA del inicio de septiembre. Este mercado había llegado a experimentar crecimientos de hasta el 30 por ciento antes de la pandemia en los mercados más desarrollados para el alquiler como Madrid y Barcelona, que pueden volver a registrarse en 2022, según ARRENTA.
¿Es necesario un seguro de impago de alquiler?
Desde ARRENTA también se detecta una mayor profesionalización de este tipo de alquiler, con la incorporación de los diferentes tipos de Seguros. En primer lugar, con la exigencia de los propietarios de la incorporación de las pólizas de Impago del Alquiler, que le aseguran el cobro de la renta ante cualquier imprevisto. La morosidad en el alquiler compartido, de hecho, está comenzando a aumentar, de ahí la importancia del Seguro, según explica Mercedes Robles, Directora General de ARRENTA: “cada vez más personas que comparten vivienda de alquiler son trabajadores y están sometidos a los vaivenes laborables e inestabilidad, lo que incide en el aumento de impago. Ante esta situación, estamos detectando que los propietarios optan por empezar a incorporar los Seguros de Impago también en estos alquileres”.
El contrato de seguro de impago para una vivienda compartida debe de ser unitario, no varios independientes para los inquilinos, firmándose por todos. Supone una inversión en torno al 4 por ciento de la renta mensual de cada inquilino, que los propietarios consideran totalmente justificada en la medida que logran rentabilidades muy altas por la explotación de la vivienda.
Protección también para los inquilinos
Al interés de los propietarios por las pólizas de impago se une la exigencia de los inquilinos de un seguro que les proteja de los desperfectos que aparezcan en la vivienda durante su estancia. Los inquilinos de viviendas compartidas se quejan cada vez más de que los propietarios les acusan de desperfectos que no son de su responsabilidad, gravándoles en la devolución de las fianzas cuando terminan el contrato. Así lo analiza Mercedes Robles: “cada vez más inquilinos de viviendas compartidas quieren evitar lo que consideran abusos de los propietarios en la devolución de la fianza por desgaste o desperfectos en la vivienda. Prefieren incorporar un seguro y tener asegurada la devolución de la fianza. Además, así unifican un buen cuidado de la vivienda por todos los inquilinos que la comparten”. En este caso la inversión en el seguro es muy competitiva entre 7 a 8 euros al mes, menos de 100 euros anuales.
Sea como fuere, el inquilino debe conocer la necesidad de tener cubierta su responsabilidad civil ante cualquier descuido o negligencia que pudiera realizar que ocasione daños materiales o corporales a otras personas en el hogar o fuera del mismo. Cobertura complementaria al seguro multirriesgo del propietario.
Es muy importante destacar que la gestión de los seguros del alquiler compartido incorpora una serie de exigencias para propietarios e inquilinos, por lo que desde ARRENTA se alerta de la necesidad de contratar dichas pólizas con la mediación profesional adecuada.