“La Ley de Vivienda no ayuda a facilitar el acceso al mercado inmobiliario por parte de la ciudadanía ni aborda el problema en su base, que es la falta de oferta residencial en las áreas metropolitanas de las grandes capitales españolas”. Así lo expresa Emiliano Bermúdez, subdirector general de donpiso, quien incide en que el intervencionismo del mercado de la vivienda por parte del Estado no hace más que poner trabas a su crecimiento.
“El intervencionismo es negativo y muy peligroso en un país de libre mercado. El poder político y legislativo deben ser conscientes de que no se puede regular un sector como el de la vivienda con medidas cortoplacistas y con un objetivo electoral determinado”, subraya. Según los cálculos de donpiso, España necesita más de 2 millones de nuevas viviendas ubicadas en las grandes áreas metropolitanas para contar con una oferta disponible suficiente y poder asumir las necesidades habitacionales de la demanda en los próximos diez años.
En este sentido, para aumentar el parque residencial disponible, Emiliano Bermúdez pone sobre la mesa cinco vías de actuación: la construcción de promociones de obra nueva con fondos privados o mediante la colaboración público-privada; la construcción y rehabilitación de viviendas propiedad de la Administración con recursos públicos; la reconversión y cambio de uso de oficinas y locales comerciales en viviendas de alquiler; la inversión y bonificación a propietarios de viviendas vacías para que las destinen a alquiler; y el impulso de medidas para evitar el trasvase de viviendas en alquiler tradicional a alquiler turístico.
Desde donpiso también se lamenta que una de las medidas de la nueva Ley sea la de trasladar al propietario el coste de la intermediación profesional de la operación inmobiliaria de alquiler. “La agencia inmobiliaria está prestando un servicio a ambas partes, por lo que el coste de este debería repartirse entre arrendador y arrendatario o, en su defecto, dejarse libertad de acción para que propietario e inquilino alcancen un acuerdo privado sobre quién asume el gasto por el servicio recibido”, indica Bermúdez.
Además, Bermúdez descarta que las medidas anunciadas por el Gobierno sobre el uso de los pisos de la Sareb vayan a solucionar el problema. “Más allá de que las cifras de viviendas que se barajan son del todo insuficientes, cualquiera que sepa cómo funciona la Sareb sabrá que las recientes valoraciones hechas públicas son un brindis al sol, pues muchos de los inmuebles del banco malo están sin construir, otros están inacabados y otros están okupados. Además, muchas de las viviendas están ubicadas en zonas con poca demanda por su lejanía con las zonas de mayor concentración laboral y de ocio”, concluye el subdirector general de donpiso.