Septiembre es el momento en el que la contratación de Seguros de Alquiler crece más en el año. Está en sintonía con el boom del alquiler coincidiendo con el arranque del curso universitario, la contratación más generalizada de las empresas, así como la propia rotación de la vida personal y profesional. La estimación es que el 30 por ciento del total anual de contratos de alquiler se firma entre septiembre y octubre.
Un crecimiento en la contratación de Seguros de Alquiler que este septiembre se ha disparado, situándose muy por encima de la media, en concreto un 10 por ciento más que en el mismo periodo de 2022, según los datos que maneja OESA. La razón, según los expertos de OESA, es el efecto de la entrada en vigor de la Ley de Vivienda que ha generado inseguridad jurídica y vacíos legales que aún no se han resuelto. Los propietarios optan mayoritariamente por seguros de alquiler y cada vez con coberturas más largas, de hasta18 meses, que cubren cualquier incidencia desde el primer día en caso de no incluir franquicia.
Lo que no ha cambiado con la Ley es que la inversión del Seguro sigue siendo asumida mayoritariamente por los propietarios. Es una garantía cada vez más valorada por los propietarios, se comenta desde OESA. Los propietarios también dan mucha importancia a la selección de inquilino (o scoring) de los Seguros que detectan los perfiles idóneos, reduciendo notablemente la posibilidad de siniestralidad.
Otra muestra de la efectividad de los scoring es que los casos de vulnerabilidad de inquilinos en el Alquiler con Seguro de grandes tenedores son prácticamente inexistentes, según OESA.
Los propietarios también premian que los Seguro de Impago de alquiler mantienen sus precios muy competitivos, en la horquilla de entre el 3,5 y el 5 por ciento de la renta anual.
El aumento de los plazos de desahucio exige mayores coberturas
La extensión de la cobertura a los 18 meses también se sigue consolidando en septiembre. La razón es doble, por una parte los plazos de desahucio se han alargado dos meses más por la Ley de Vivienda, pero también hay temor de una nueva huelga en los Juzgados.
Se está notando también mayor contratación de Seguros de Alquiler directamente desde los propietarios, en detrimento de las agencias inmobiliarias. También efecto de la Ley de Vivienda que no permite a las agencias cobrar una mensualidad de los inquilinos en concepto de pago de la operación. Dicha cantidad se tendría que imputar a los propietarios que prefieren ahorrársela alquilando directamente. Todo ello en perjuicio de la profesionalización del sector que realizan las agencias inmobiliarias.
El riesgo de los Contratos de Temporada
Otro de los efectos más importante de la Ley de Vivienda es la proliferación de los denominados Contratos de Temporada. Aquellos que duran menos de 12 meses o que tienen fechas cerradas de entrada y salida. Dichos contratos escapan de los preceptos regulados por la Ley de Vivienda sin topes de precio estipulados. El problema es que se están renovando, algo ilegal, y que deja desprotegido a los propietarios si se produce alguna incidencia.
En caso de que el contrato anual sí esté asegurado, en muchas ocasiones el problema tiene lugar a partir de cumplirse el año, con lo cual quedaría también desprotegido.
Propietarios que no quieren renovar contratos
La Ley de Vivienda también está provocando el aumento del número de propietarios que una vez cumplido el contrato de alquiler deciden no renovarlo, según OESA, con la intención de hacer un nuevo contrato con una renta superior que no esté limitada por la subida de la renovación.