El alquiler de larga temporada con seguro es el que mayor rentabilidad financiera y comodidad proporciona a los propietarios, según el análisis de OESA. Por ello, desde el Observatorio Español del Seguro de Alquiler (OESA) se lanza una potente campaña para animar a los propietarios a sacar sus viviendas al mercado del alquiler en contratos de larga duración con seguro.
El objetivo es doble según explica el Presidente de OESA, Javier Íscar de Hoyos: “en primer lugar ayudar a mejorar la rentabilidad de los propietarios de viviendas en alquiler con la máxima seguridad y las mejores condiciones. Pero también lograr incorporar más viviendas vacías al mercado del alquiler, con el consiguiente beneficio mutuo”. OESA es uno de los principales impulsores y representantes del sector del alquiler en España que cuenta con la participación de las principales aseguradoras, entidades, corredor de seguros especializado, grandes tenedores y corredor especializado.
El alquiler, mejor de larga duración
Estos son los argumentos de OESA que avalan la rentabilidad el alquiler de larga duración:
1.- Asegura la ocupación del inmueble durante el periodo más largo. La ocupación del alquiler turístico tendría ser del 60 por ciento para lograr una rentabilidad similar a la del de larga duración y el de temporada de 8 meses al año. Ratios que es complejo alcanzar.
2- Mejor fiscalidad y deducciones. En la Ley de Vivienda se establece de forma general una deducción del 50 por ciento sobre los ingresos obtenidos por el alquiler. Además de:
– Alquiler a jóvenes. Deducción fiscal del 70 por ciento en los casos en que el inmueble sea alquilado a jóvenes entre 18 y 35 años y esté en una zona tensionada.
– Rebaja de la mensualidad. La Ley de Vivienda también fija que los propietarios del alquiler de larga duración puedan deducirse hasta el 90 por ciento, siempre y cuando el precio del alquiler sea como mínimo un 5 por ciento menos en el contrato del año anterior.
– Rehabilitación. 60 por ciento de deducción para aquellos propietarios que rehabiliten su vivienda antes de ponerla en alquiler.
Los propietarios de viviendas en alquiler de larga duración también se puede deducir otros gastos como: intereses de préstamos hipotecarios, conservación y reparación, por supuesto los seguros de impago o jurídicos.
3.- Menor esfuerzo y más ingresos. Los trámites y las gestiones que requiere un alquiler de larga temporada son menores. En el turístico hay que gestionar entradas y salidas, la limpieza, tramitar las reservas, atender a los inquilinos. Si estas gestiones se contraten a través de un gestor, los ingresos disminuyen entre un 10 y un 15 por ciento. Una situación similar a la del alquiler de corta duración.
4.- Mayor desgaste para la vivienda. Es evidente que el paso y cambio continuado de inquilinos favorece el desgaste de un inmueble. Deterioro que crece a medida que los inquilinos permanecen menos tiempo. El coste de dicho desgaste en el alquiler vacacional o de corta duración se estima en el 10 por ciento de los ingresos, cantidad a la que debe añadirse los costes ocasionados por la gestión.
Así se calcula la rentabilidad del alquiler
La rentabilidad en el alquiler se logra dividiendo los ingresos anuales por el arrendamiento entre el coste total del inmueble, incluyendo precio, impuestos y últimas reformas que se han realizado. La cantidad que resulta se multiplica por cien para calcular el porcentaje de rentabilidad.
Tomemos como ejemplo una vivienda con un alquiler mensual de 800 euros (9.600 euros anuales), precio de mercado de 120.000 euros, en la que se haya realizado una reforma de 6.000 euros y con unos impuestos anuales de 390 euros. El resultado sería de 0,075 que se multiplica por cien con el resultado de una rentabilidad del 7,5 por ciento.