La tendencia inflacionista que está extendiéndose por todos los mercados internacionales a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania está empezando a causar estragos en el sector inmobiliario español, que, tras un 2021 marcado por la recuperación, tiene previsiones no tan positivas para la segunda mitad del año.
Iñaki Unsain, presidente de la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI), revela que, si bien la actual tendencia alcista de los precios se mantendrá todavía un poco el tiempo, “comenzará a reducirse conforme los tipos de interés vayan subiendo”.
Es por esto que la vicepresidenta de AEPSI, Montse Moreno, afirma que ahora es “un buen momento” para vender y no tanto para comprar, pues solo es una opción aconsejable para aquellas personas con salarios más elevados y capacidad de endeudamiento que puedan adquirir un inmueble sin necesidad de hipoteca.
“Se espera una desaceleración en el incremento de precios para la segunda mitad del año fruto de la subida del Euribor, que en mayo ha cerrado en +0,287%, siendo el 2022 el primer año que el Euribor es positivo desde el 2015, aunque lejos todavía del Euribor más alto de los últimos 20 años que fue el 4,607 % del año 2007”, añade Moreno.
El estado del residencial español respecto al resto de Europa
A la hora de analizar la tendencia alcista que han experimentado los precios de compraventa en España esta primera mitad de año, desde AEPSI señalan que existe una clara diferencia entre la obra nueva, que experimentó subidas de hasta el 10% a causa del encarecimiento de los costes, y la segunda mano, donde los vendedores aumentaron los precios ante un repunte puntual de la demanda insatisfecha por la falta de obra nueva.
“En el primer semestre del año ha habido mucha alegría compradora que ha permitido asentar un gran cierre de operaciones. Todo impulsado por una demanda que había estado expectante durante la pandemia y que es consciente de que, si ahora no compra, los tipos de interés con los que va a cerrar la hipoteca van a ser más altos”, añade Moreno.
En lo que respecta a la posición de España respecto al resto de mercados internacionales, Unsain recuerda que la inflación ligada a las materias primas y la energía es un valor al alza por igual en la mayoría de los países vecinos: “No obstante, y pese a lo parecido de este comportamiento, cada mercado inmobiliario tiene sus propias particularidades, incluido el español, donde la situación en ciudades como Madrid o Barcelona no es la misma que en ciudades más pequeñas”.
Previsiones para final de año y 2023
De cara a la segunda mitad de 2022, Moreno destaca que las subidas de los tipos de interés, que a su vez afectan a las cuotas de las hipotecas, “siempre suponen un freno para la compra de vivienda y el consumo en general, pues el objetivo de estas políticas es intentar frenar la inflación”.
Por lo tanto, en un contexto como el actual, con tasas de inflación inéditas desde décadas pasadas, la capacidad de compra de la demanda se ve muy mermada, según indica Unsain. “Veremos una reducción en el número de operaciones en la segunda mitad de 2022 y probablemente durante el próximo año 2023”, añade el experto.
En última instancia, la vicepresidenta de AEPSI señala a una desaceleración en el número de operaciones de compraventa en los próximos meses, y, pese a estar lejos de los niveles de endeudamiento de 2007, considera que la demanda de primera residencia se paralizará, al igual que la inversora, motivada por una rentabilidad menos apetecible.
“A final de año, el cierre de operaciones será menor que en el primer semestre. ¿Se alargará esta tendencia hasta 2023? Habrá que ver las políticas monetarias a aplicar con la subida de tipos, y si si consiguen que los países no entren en una recesión. Venimos de dos años de pandemia con PIB muy bajos, por lo que la incertidumbre en los mercados es una constante”, concluye la experta.