Los seniors son una oportunidad para el inmobiliario. Como ha recordado Iñaki Ortega en la presentación del panel, la mayoría de los hogares españoles de más de 55 años tiene al menos dos ingresos y más de la mitad del consumo y del patrimonio de nuestro país está en sus manos. Todo esto constituye una oportunidad para el inmobiliario, pero también, como ha destacado Alicia Coronil, un reto por las implicaciones que tiene el progresivo aumento de la longevidad. De acuerdo con los datos que ha facilitado, en 2040 el 30% de la población española tendrá más de 55 años, lo que supondrá una perdida de cerca del 4% de masa laboral y un coste en pensiones cercano al 13% del PIB nacional.
“Las nuevas pensiones son un 16% superiores al salario más habitual en nuestro país. Además, los seniors actuales demandan soluciones específicas no solo en salud, ocio o bienestar, sino también en productos inmobiliarios”, ha afirmado la Economista Jefe de Singular Bank, quien también ha insistido en la necesidad de encontrar fórmulas, “mediante reformas económicas y estructurales”, que posibiliten la presencia del talento senior en el mercado laboral durante más tiempo.
Para José Antonio Granero, “la vejez debe tener cabida en nuestra sociedad”. En su opinión, hay que integrarla dignamente y para eso es preciso una ciudad para todas las generaciones, por lo que ha abogado por el diseño de ciudades intergeneracionales. “Evidentemente, esto tendrá muchas implicaciones en nuestro modelo de ciudad mediterránea, que es muy densa, masificada y cuyas distancias no son las más adecuadas para los seniors, cuyo radio de acción no suele superar los tres kilómetros”.
Según el socio-fundador del estudio de arquitectura Entreabierto, el futuro residencial de los seniors pasa por modelos habitacionales como el coliving o el cohousing, una vivienda que también integre servicios de alto valor añadido para sus ocupantes mayores. “Pensemos que en España, dos de cada tres viviendas no son accesibles, no están preparadas para atender las necesidades intergeneracionales. Para revertir esta situación tiene que haber cambios regulatorios, pero también cambios en la manera cómo nos relacionamos las diferentes generaciones”, ha afirmado.
Por su parte, Enrique Barrasa ha puesto el foco en la financiación de estos nuevos conceptos residenciales para los seniors, “que no tienen que mejorar la calidad de vida de sus propietarios, sino también asegurar su sostenibilidad financiera, tanto para quien invierte como para quien va a pagarla”. En su intervención, el Socio Director de Kiplai ha recordado que en la actualidad la oferta residencial para seniors de nuestro país se concentra en las residencias de mayores, con un parque de 380.000 plazas, lo que supone una ratio de plazas por cada 100 habitantes de 2.3%, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja cinco plazas.
“Solo para 2030, y si queremos mantener la anterior ratio, deberíamos invertir un total de 6.000 millones de euros, a un ritmo de 100 millones anuales. O lo que es lo mismo, cien millones menos que toda la inversión anual de Europa en este sector el pasado año. Este dato nos indica la magnitud del reto que tenemos por delante y que, en todo caso, es mucho menor que el que supondría llegar al objetivo fijado por la OMS, ya que este supondría una inversión acumulada en los próximos diez años de 13.000 millones de euros”. En este sentido, Alicia Coronil ha insistido en que el nicho residencial senior “debería ser uno de los vectores de la recuperación económica de España financiados por los fondos europeos”.
Todos los ponentes han coincidido en que los seniors ya están demandando tanto un nuevo concepto de vivienda como de ciudad que esté preparada para sus expectativas. Y esto exige no solo calidad, sino también espacio, por lo que las diferentes Administraciones tendrán que jugar un papel muy relevante. En este sentido, los cuatro intervinientes en el panel han insistido en la necesidad de cambios regulatorios que favorezcan el desarrollo de este nuevo mercado residencial y de una mayor seguridad jurídica que evite la modificación de las reglas “a mitad del partido”, como podría ser los ajustes en la fiscalidad de las socimis, “que pueden jugar en el desarrollo de este mercado senior un papel tan relevante como el que jugaron en la recuperación del sector en la anterior crisis inmobiliaria”