Las consecuencias tras dos años de ley de vivienda

Con motivo del segundo aniversario de la entrada en vigor de la Ley 12/2023, de 24 de  mayo, por el Derecho a la Vivienda, la Agencia Negociadora del Alquiler quiere hacer  balance de los efectos que esta normativa ha tenido sobre el mercado del alquiler en  España. 

Según José Ramón Zurdo, CEO de la Agencia, la aplicación de esta ley ha tenido un  impacto negativo tanto en arrendadores como en arrendatarios. “Se ha destruido una  parte muy importante de la oferta de viviendas en alquiler, lo que ha elevado los precios  y ha dificultado enormemente el acceso de los inquilinos a una vivienda digna. Esta Ley ha perjudicado enormemente a aquellos a los que pretendía favorecer, que eran los  inquilinos, los cuales se han visto sometidos a auténticos procesos de selección, que muchos, sobre todo los más vulnerables, no logran superar”, ha señalado Zurdo. 

Desde la entrada en vigor de la ley se ha incrementado la inseguridad jurídica para los propietarios, se han alargado los procedimientos de desahucio –alcanzando en algunos  casos hasta dos años de duración– y no se ha resuelto el problema de la ocupación ilegal de viviendas, ni la conocida como “inquiocupación”, sino que, según afirma la Agencia,  se ha agravado. 

En respuesta a este clima de inseguridad, la Agencia Negociadora del Alquiler ha empezado a ofrecer gratuitamente la instalación de sistemas de alarma a los propietarios  durante los procesos de comercialización de sus inmuebles, con el fin de prevenir  ocupaciones y tranquilizar a los dueños. 

Otro de los efectos negativos señalados es el incremento general de la carga fiscal sobre  los arrendadores, debido a la reducción de las deducciones fiscales del 60% al 50%, lo que supone un aumento efectivo de la tributación en 10 puntos porcentuales. 

“Lo más preocupante”, afirma Zurdo, “es que el legislador sigue sin entender que el  problema del mercado del alquiler no está en aumentar la burbuja de la demanda, sino  en aumentar una oferta, que se ha reducido significativamente debido a la inseguridad  generada por la normativa actual. Atacar al arrendador con regulaciones que le  perjudican solo contribuye a su retirada del mercado”. Como consecuencia, muchos  propietarios están optando por modalidades más flexibles y menos reguladas-como los  distintos tipos de coliving que están surgiendo, alquileres flexibles, alquileres por  temporadas y alquileres habitaciones, -huyendo del alquiler tradicional. 

Conclusión: La Ley por el Derecho a la Vivienda ha dado lugar a una nueva figura hasta ahora  inexistente en el mercado del alquiler: la del arrendador vulnerable. Se trata, en muchos  casos, de personas mayores, pensionistas o residentes en centros geriátricos, que  dependen de las rentas del alquiler para complementar sus ingresos. Estos propietarios  carecen de la capacidad económica necesaria para asumir impagos prolongados y  destrozos en su viviendas, y tampoco pueden permitirse esperar hasta dos años para recuperar la posesión de sus viviendas, como puede ocurrir con la actual normativa. Esta  situación plantea un nuevo desalojo social y jurídico que requiere atención urgente.

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