El número de ejecuciones hipotecarias sobre viviendas se situó en 2.905 en el segundo trimestre, cifra un 47,5% inferior a la del trimestre anterior y un 64,3% por debajo de la del mismo periodo de 2019, según la estadística de ejecuciones hipotecarias publicada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Durante el segundo trimestre no se inició ningún procedimiento de ejecución hipotecaria sobre viviendas habituales en propiedad de personas físicas, debido a las provisiones del Decreto de estado de alarma en un contexto marcado por la crisis sanitaria del Covid-19.
En concreto, el Real Decreto-Ley 8/2020 de 17 de marzo establece, en su artículo 7, medidas extraordinarias conducentes a procurar la moratoria de la deuda hipotecaria para la adquisición de la vivienda habitual.
Asimismo, el artículo 8 dispone el ámbito de aplicación de dicha moratoria, estableciendo que se aplicará cuando concurran en el deudor todos los requisitos establecidos en el artículo 16 del Real Decreto-Ley 11/2020, de 31 de marzo, para entender que está dentro de los supuestos de vulnerabilidad económica.
En total, el número de inscripciones de certificaciones por ejecuciones hipotecarias iniciadas en los registros de la propiedad en el segundo trimestre de este año es de 5.534, lo que supone un 47,6% menos que el trimestre anterior y un 66,8% menos que en el mismo trimestre de 2019.
De ellas, 5.406 afectaron a fincas urbanas (donde se incluyen las viviendas) y 128 a fincas rústicas.
Las ejecuciones hipotecarias sobre fincas urbanas bajaron un 45,8% en relación al trimestre anterior y un 65,8% respecto al segundo trimestre de 2019.
Dentro de las fincas urbanas, 2.905 ejecuciones correspondieron a viviendas, un 47,5% menos en tasa intertrimestral y un 64,3% menos en términos interanuales, y de ellas 1.140 eran ejecuciones sobre viviendas de personas físicas, un 48,2% menos que en el trimestre anterior y un 44,6% inferior a la del segundo trimestre de 2019.
Ninguna de las ejecuciones hipotecarias es de viviendas habituales de personas físicas.
El 31,9% corresponde a viviendas de personas jurídicas, un 71% menos que en el segundo trimestre de 2019, y el 20,6% a otras viviendas de personas físicas, un 75,4% más.
Las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas concentraron el 52,5% del total de ejecuciones hipotecarias en el segundo trimestre de este año.
El 18,3% de las ejecuciones hipotecarias en el segundo trimestre eran sobre viviendas nuevas y el 81,7% sobre usadas. Así, el número de ejecuciones hipotecarias sobre viviendas nuevas disminuyó un 76,5% en tasa anual y el de usadas un 59,6%.
Por su parte, las ejecuciones hipotecarias de otras urbanas (locales, garajes, oficinas, trasteros, naves, edificios destinados a viviendas, otros edificios y aprovechamientos urbanísticos) suponen el 42,5% del total.
Asimismo, el 25,8% de las ejecuciones hipotecarias iniciadas sobre viviendas en el segundo trimestre corresponde a hipotecas constituidas en el año 2007, el 15,9% a hipotecas constituidas en 2006 y el 10,7% a hipotecas de 2008. El periodo 2005-2008 concentró el 59,3% de las ejecuciones hipotecarias iniciadas este trimestre.
Por comunidades autónomas, Comunidad Valenciana lidera las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas (816), seguida de Cataluña (496) y Andalucía (466), mientras que Comunidad Foral de Navarra y Extremadura (ambas 13) y La Rioja (15) se sitúan en el lado opuesto.
Estadística condicionada por el COVID-19
Desde el portal inmobiliario pisos.com, su director de Estudios, Ferran Font, considera que la estadística “se ha visto totalmente condicionada por la COVID-19, pues durante el segundo trimestre y como consecuencia de las medidas extraordinarias tomadas por el Gobierno a través de la moratoria de deuda hipotecaria, no se ha iniciado ningún procedimiento de ejecución hipotecaria sobre vivienda habitual en propiedad de personas físicas”.
El director de Estudios subraya que “estas medidas, obviamente, también afectan a las ejecuciones sobre vivienda, que registran una caída del 47% respecto al primer trimestre de este año. La mayoría de las ejecuciones tienen origen en hipotecas firmadas durante la burbuja inmobiliaria y un 59,3% se iniciaron entre el 2005 y el 2008. Regionalmente, la Comunitat Valenciana y Catalunya lideran esta estadística con alrededor de 800 y 500 ejecuciones de viviendas, respectivamente, mientras que Navarra y Extremadura se sitúan a la cola con 13 ejecuciones cada una”.