EFE. Madrid. 21/11/2013
La esperanza de vida de las personas sin techo es 20 años inferior a la de quienes tienen una vivienda, según ha afirmado hoy la presidenta de la Federación de Entidades de Apoyo a las Personas sin Hogar (FEPSH), Julia Almansa.
Con motivo de la celebración del día dedicado a este colectivo, la responsable de Cáritas Española, Sonia Olea, ha explicado que, «aunque no hay datos exactos», se calcula que en este país hay entre 35.000 y 40.000 personas que viven en la calle y más de 400.000 en la Unión Europea.
Además, ha destacado que en España hay también tres millones de familias que viven en situaciones de «sin hogar, pero con techo», es decir, que tienen una vivienda indigna o infravivienda.
Estas personas «no cumplen un perfil concreto», las situaciones dependen de la formación, la salud o el entorno, según Olea, que sí ha destacado como afectados por el «sinhogarismo», a las víctimas de desahucios o a los niños y jóvenes expulsados de los centros de menores que no tienen una red familiar.
Ambas han destacado las limitaciones que tienen las personas sin hogar al derecho a la salud y han denunciado que el día a día en la calle «enferma y agrava la enfermedad», y los afectados tienen un estado físico y mental «muy duro».
Según la responsable de Cáritas, el acceso a la salud de este colectivo es muy complicado y en los hospitales «no son tratados como pacientes, sino como un problema».
«Que una persona se vea obligada a vivir en la calle es el reflejo de una sociedad excluyente», ha dicho Almansa, quien ha añadido que «la nuestra es una sociedad enferma porque hay personas con dificultad de acceder al derecho a la salud».
Entre los problemas sanitarios para las personas que viven en la calle, Olea ha asegurado que la reforma sanitaria ha convertido la salud «en un beneficio y no en un derecho», ya que los afectados «no tienen un acceso normalizado a los centros médicos».
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Centros para Integración y Ayuda a Marginados (FACIAM), Rosalía Portela, ha denunciado la retirada del documento de atención primaria que permitía que personas en situación irregular «fueran atendidas dignamente».
Portela se ha referido concretamente a la Comunidad de Madrid, donde actualmente un 44 % de las personas sin hogar no dispone de tarjeta sanitaria porque hay requisitos que no cumplen quienes viven en la calle, como tener un certificado de residencia o empadronamiento.
En la rueda de prensa, dos personas sin hogar han leído un manifiesto que han elaborado este colectivo y en el que se denuncia que su situación es la consecuencia de «los fracasos de nuestro modelo social y económico, y tiene como resultado, en muchas ocasiones, una muerte prematura que se podría evitar».
Estas tres organizaciones han presentado una campaña con el lema «Nadie sin Salud. Nadie sin Hogar» que defiende que «acabar con el sinhogarismo es posible» y se han congregado, junto a decenas de personas, frente al Museo del Prado.
Allí han denunciado con un flashmob, que se ha celebrado también en más de treinta ciudades de toda España, varios mensajes como «la falta de acceso a los derechos fundamentales que todas las personas disfrutan por igual».
En esta actuación, todas las personas vestidas de negro y con máscaras blancas y pintadas han querido poner de manifiesto la delicada situación que viven cada día las personas que no tienen casa.