Las piscinas disparan el valor de las viviendas

La piscina se ha consolidado como uno de los grandes símbolos de confort en el mercado inmobiliario español. Aunque tradicionalmente asociada a chalets y viviendas unifamiliares, la piscina está cada vez más presente en pisos, especialmente en promociones recientes que apuestan por zonas comunes y espacios de ocio compartidos.

Sin embargo, solo el 24% de las viviendas en venta en España dispone de este tipo de instalaciones, según los datos analizados por Alfa Inmobiliaria, red con 200 oficinas operativas -100 en España y 100 en México- y más de 28 años de experiencia en el sector. Además, la demanda es claramente alcista: el precio de las viviendas con piscina ha subido un 10% en los primeros cuatro primeros meses de 2024, más del doble que el incremento general de la vivienda en España (4,3%) en ese mismo periodo.

Esta escasez, unida a la creciente demanda, ha elevado el precio de los inmuebles con piscina en una media del 55% respecto a los que no la tienen. Sin embargo, y por distintas razones, este porcentaje no es homogéneo en todo el país. En uno de los extremos, encontramos la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, donde los pisos con piscina pueden incluso duplicar el precio de los que carecen de ella. En ciudades como Barcelona, Bilbao o Teruel, el sobreprecio ronda el 60%. Por el contrario, en Madrid, donde la oferta de promociones con zonas comunes es mayor, la diferencia no llega al 5%.

Una demanda creciente

La demanda de viviendas con piscina se ha disparado tras la pandemia, especialmente entre familias jóvenes y personas que priorizan el confort, el ocio en casa y la posibilidad de teletrabajar en entornos más agradables. “La piscina se ha convertido en un elemento diferenciador, especialmente entre familias jóvenes, y en muchos casos entre aquellos que teletrabajan y por este motivo, valoran más contar con elementos de ocio en su propia casa”, explica Antonio Pérez de la Torre, director general de Alfa Inmobiliaria.

Otro dato que la cadena constata es que la piscina, además de incrementar el valor de la vivienda, tiene mayor demanda en el mercado del alquiler, lo que puede traducirse en una mayor rentabilidad para el propietario, sobre todo en zonas turísticas y en mercados de segunda residencia. Sin embargo, es importante tener en cuenta los costes de mantenimiento: una piscina comunitaria, puede oscilar entre 150 y 1.000 euros al mes, según su tamaño y uso.

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