Las subidas de tipos de interés y la creciente inflación afectan a todos los sectores de la población, pero merman especialmente el poder adquisitivo de aquellos grupos más necesitados, como es el caso de los jóvenes.
En el caso concreto de España, tan solo el 15,9% de los jóvenes viven emancipados de su familia, demostrando así el problema actual de acceso a la vivienda. Estos datos, acorde al primer semestre de 2022 y recogidos por el Consejo de la Juventud de España (CJE) en su Observatorio de Emancipación, demuestran que la emancipación juvenil no se encuentra solo por debajo de los niveles prepandemia (18,7% al cierre de 2019), sino a una distancia considerable de la media europea (32,1%).
“El problema del acceso a la vivienda de los jóvenes es una de las grandes cuestiones a solventar por el Gobierno y las administraciones a corto plazo”, alerta Ferran Font,director de Estudios del portal inmobiliariopisos.com, quien recuerda que la capacidad adquisitiva de este segmento poblacional se ha reducido, a grandes rasgos, a un nivel mucho más pronunciado que la de los adultos.
Según los datos del CJE, los jóvenes pagaron el año pasado un 4,16% más por sus alquileres, suponiendo así, para aquellos interesados en rentar un piso por sí mismos, un 85,10% de salario neto, una cifra “preocupantemente alejada” del 30% que recomiendan los bancos. Con un salario anual medio de 12.640 euros y el precio medio de la vivienda en 174.000 euros, un joven tendría que destinar al pago de la entrada de un piso casi 4 veces su salario anual.
Falta de medidas reales
En el último año, con el objetivo de revertir esta complicada situación, el Gobierno presentó un bono joven de alquiler por valor de 250 euros, una medida, a criterio de Font, que generaba “muchas dudas”, tanto por su aplicación heterogénea por el territorio como por las complicaciones administrativas a la hora de solicitarlo.
“A todo esto hay que añadir que, en un mercado del alquiler como el español, caracterizado por tener una oferta rígida y poca posibilidad de crecimiento, subvenciones finalistas como el bono joven tienen altas posibilidades de acabar trasladándose y afectar a los precios», concluye el director de Estudios del portal inmobiliario.