Pedir un préstamo una vez jubilado: el desafío que afronta el sector hipotecario

El envejecimiento en España sigue generando nuevos desafíos económicos en 2024. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el país se encuentra en su máximo histórico de envejecimiento, con 137 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Entre los aspectos que preocupan a este sector demográfico, la vivienda nunca había supuesto un problema. Sin embargo, cada vez son más los perfiles seniors que se ven obligados a enfrentarse a la complicada realidad del mercado de la vivienda en España. En este aspecto, la compañía de intermediación financiera RN Tu Solución Hipotecaria señala haber observado un creciente número de ciudadanos mayores de 65 años que, tras haber vivido toda su vida en régimen de alquiler, consideran ahora la opción de adquirir una vivienda mediante una hipoteca.

“Acceder al préstamo, en ocasiones y por difícil que sea, se convierte en la única salida para estas personas”, explica Ricardo Gulias, consejero delegado de la empresa especializada en intermediación a nivel hipotecario. El año pasado el precio medio de la hipoteca se situó en unos 650 euros mensuales en España, mientras que el del alquiler rondaba los 945 euros. En mayo de 2024, comunidades autónomas como Baleares (19,1 €/m2), Madrid (17,6 €/m2) o Cataluña (17,1 €/m2) han llegado a sus máximos históricos.

Esta situación ha provocado que muchos perfiles senior que intentan alquilar una vivienda no pasen el «casting» para poder arrendarla. Es el caso de un cliente de Ricardo Gulias, quien comenta: “Con 69 años y recién divorciado, al ver que no le iban a alquilar una vivienda, pidió una hipoteca para la compra”. Gulias añade que “no se suelen pedir muchas hipotecas; la gente mayor es sensata con el endeudamiento. Sin necesidad, no se lanzan a ello, pero los hay”.

Otros perfiles que se lanzan a pedir una hipoteca con más de 65 años suelen ser padres que deciden hipotecar su vivienda para ayudar en la compra de la casa de sus hijos. “Se hace mucho, se pone la casa de garantía y se puede donar a los hijos lo que se consiga”, comenta Gulias. Otro ejemplo es el de los pensionistas que buscan una segunda residencia, aunque el consejo que dan los expertos es el de cubrir primero la hipoteca de su vivienda habitual, ya que la financiación de esta segunda es mucho más baja y, por lo tanto, hay que aportar mucho más dinero, más el capital de entrada.

Límites en la concesión

Los profesionales inmobiliarios recuerdan que, cuanto mayor sea la persona que pida la hipoteca, menor será el plazo para pagarla. Las entidades suman la edad del cliente y los años de la hipoteca y, juntos, no pueden superar los 75 años, aunque en algunos casos se estira hasta los 80, dando un margen de una década para devolver el préstamo. “Hay que tener en cuenta que el plazo medio de una hipoteca en España ronda los 24 años”, recuerda Gulias, quien apunta que, por tanto, una hipoteca a pagar en 10 años “supondría cuotas más elevadas y peores condiciones”.

Además, es común que muchos hipotecados lleguen a la jubilación y aún queden cuotas pendientes. Guilas advierte que, con ingresos estables, no importa liquidar cuanto antes la hipoteca, aunque si te endeudas con más de 65 años sí que puede ser motivo de preocupación: “No hay que estresarse por los intereses que te puedas ahorrar, pero si te endeudas con 65 años o más, sí que puede ser conveniente sacarse de encima cuanto antes la deuda”, sentencia. Por eso, quizá conviene buscar alternativas como las hipotecas inversas o la nuda propiedad.

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