Tras el parón que vivió el sector inmobiliario durante la época de confinamiento, la actividad se ha ido recuperando poco a poco. Si se compara, por ejemplo, el mes de abril del 2020, en el que la compraventa de vivienda se situó en 14.459 transacciones, según los datos ofrecidos por el Consejo General del Notariado, con los datos de mayo (25.483) o junio (36.319), se ve de forma evidente una reactivación positiva del mercado con cifras más moderadas en los últimos meses. Si bien es cierto que desde inicios del 2020 las cifras de compraventa de vivienda registradas han sido inferiores a las del año pasado, en variación interanual, es importante destacar que los datos que se registran desde el comienzo de la desescalada se dirigen hacia la recuperación.
Pero ¿cómo será la demanda del mercado inmobiliario tras el verano? Los expertos de Instituto de Valoraciones han analizado la actividad del sector arrojando algunas pistas sobre cómo podría presentarse el comportamiento de la demanda de vivienda tras el verano y los factores que podrían impactar en la actividad del sector:
· Nuevas tendencias en las búsquedas según el target. Los jóvenes posiblemente seguirán prefiriendo el centro de las grandes urbes por facilidades de comunicación, de ocio y cercanía con su entorno. Por el contrario, las familias se decantarán por las viviendas unifamiliares en el extrarradio de las ciudades debido a su oferta de estancias más amplias, con espacios exteriores y entornos naturales.
· El interés inversor podría aumentar para evitar posibles subidas de impuestos y beneficiarse de la mejora en las condiciones de financiación. Ante una posible futura subida de impuestos que pueda perjudicar la rentabilidad de las inversiones, se podría pensar que aquellos que tengan la capacidad económica para invertir ahora, lo harán de cara a evitar pagar más impuestos en el futuro. Otro motivo sería el de beneficiarse de unas condiciones de financiación más atractivas marcadas por la tendencia negativa del Euribor y el interés del sector financiero por aumentar el número de operaciones y la mejora de sus márgenes.
· Interés por las segundas residencias en zonas costeras y rurales que garanticen un lugar de “escape” y con actividades de ocio durante todo el año. Durante esta temporada estival, un 27,8% de las personas que tienen pensado irse de vacaciones, piensan utilizar su segunda vivienda, así lo reflejan los datos ofrecidos por el Barómetro de junio 2020 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Estas residencias se presentan como la opción ideal para disfrutar de las vacaciones o del tiempo libre en una vivienda propia y cómoda que ofrezca espacios amplios y exteriores, garantizando el lugar perfecto donde relajarse, o incluso, teletrabajar. Prueba de ello es lo ocurrido en los municipios de Jaca y La Taha en las provincias de Huesca y Granada. En el primero de ellos, según fuentes municipales, aseguran que desde que terminó el estado de alarma muchos propietarios de segundas residencias han vuelto, mientras que La Taha, un pequeño municipio de 900 habitantes empadronados y 500 residentes, se ha llegado a multiplicar por cinco, superando cifras de años anteriores, según han informado fuentes municipales al diario ahora Granada.
· Necesidad de más habitaciones en la vivienda habitual por el teletrabajo a largo plazo. Muchas empresas han anunciado sus planes de permitir teletrabajar a los profesionales de forma permanente o parcial, y con ello, ha surgido la necesidad de contar en las viviendas con habitaciones o zonas especiales que se puedan habilitar como oficina o estudio. Tras varios meses trabajando en casa, cobra auge la importancia de separar la vida laboral con la personal y para ello, una solución es separar, en el hogar, el lugar de trabajo con el lugar de descanso. Así, las habitaciones “extra” se presentan también como una nueva demanda entre los que buscan vivienda tras el confinamiento.
· Mayor tiempo de negociación y en la toma de decisión a la hora de adquirir una vivienda. Debido a los meses de confinamiento, muchos de los potenciales compradores de vivienda se han dado cuenta de que su hogar actual no es tan cómodo o agradable como pensaban y han detectado necesidades que antes no tenían. Ello ha condicionado su proceso de búsqueda y ha dado lugar a una demanda más exigente, en la que los compradores cuentan con una definición del producto buscado más sólida y rígida. Esto, sumado a una incertidumbre económica y laboral, prolonga en el tiempo el período de búsqueda y cierre de la operación.
· Más alquiler tradicional frente al alquiler turístico. En los últimos meses se ha visto ya como muchos de los pisos que originalmente se dedicaban al alquiler turístico se han pasado al alquiler tradicional, buscando, sus propietarios, alternativas para generar rentabilidad. Según el portal inmobiliario Vitrio, desde que se decretó el estado de alarma hasta la actualidad, en torno al 20% del total de los alojamientos turísticos en alquiler se ha trasladado al alquiler tradicional, donde la rentabilidad bruta en el último trimestre de 2020 en el conjunto del territorio nacional ha sido de 3,7% según los datos publicados por el Banco de España.