El impacto en los precios del alquiler que está provocando la pandemia se está observando ahora, tras seis meses de las medidas restrictivas de movilidad que han alterado los mercados. Por un lado, en determinadas zonas geográficas, como en grandes capitales, ya están descendiendo los precios entre el 3% y el 6%, llegando hasta a un 10% con respecto a los costes del período pre-COVID.
Según Jaime Cabrero García, tesorero del Consejo General de COAPIS de España y presidente del COAPI de Madrid, “es la propia evolución de la economía la que está provocando estos cambios, como, por ejemplo, el crecimiento del paro y la obtención de menores ingresos. Es factible que en los próximos meses se consoliden determinadas tendencias a la baja, por la propia situación vital tanto de arrendadores, que necesitan recibir esos ingresos, como de los arrendatarios, que necesitan mantener su residencia”.
Sin embargo, esta tendencia no es generalizada a nivel nacional. “Los precios con valor pre-pandemia están resistiendo bien”, asegura Jaime Cabrero García, ya que en ocasiones se opta por una flexibilidad en las condiciones de pago más que por la bajada del precio del alquiler.
Tras los meses de confinamiento, las viviendas en alquiler tardan más en encontrar inquilinos, ya que “el dinamismo que existía anteriormente en el alquiler ahora ya ha cambiado y el mercado se caracteriza por una mayor lentitud en la necesidad y en la búsqueda”, afirma Jaime Cabrero García: “un inmueble que se alquilaba antes en 48 horas, ahora puede tardar semanas”.
Durante el estado de alarma el mercado sufrió una paralización, por la limitación de la movilidad, el cambio repentino de las condiciones del entorno laboral que se tenían anteriormente y que motivaban muchas veces el cambio de zona geográfica de residencia, así como el freno de muchos negocios y empresas, que habitualmente necesitaban la opción del alquiler para alojar trabajadores, celebrar reuniones o presentar proyectos.
Aumento de oferta de los pisos turísticos
El aumento de oferta de alquileres procedentes de pisos turísticos se ha cifrado hasta en un 19% con respecto la oferta del alquiler residencial. La causa de esta nueva tendencia reside en la crisis del turismo que se ha producido a nivel internacional: “España, potencia turística de primer orden, está viviendo estos cambios en primera línea debido a la paralización del movimiento en el sector turístico provocado por las medidas restrictivas a la movilidad y entrada adoptadas por muchos países situados además en varios continentes”, vaticina Jaime Cabrero García.
Los propietarios de pisos, que antes de la pandemia se dedicaban a alquiler vacacional o turístico, han modificado esta opción y han trasladado los inmuebles a la oferta de alquiler residencial, ya que, según Jaime Cabrero García, “con ello se pretende cubrir un nuevo tipo de demanda para personas que ahora realizan teletrabajo, como estudiantes, empresarios o trabajadores”, aunque también se encuentran, entre este tipo de solicitantes, familias que buscan un entorno más saludable alejado de los núcleos urbanos.