Debido a la crisis de la COVID-19, el teletrabajo ha cambiado profundamente la rutina de los trabajadores y, por supuesto, el rol de las oficinas y locales comerciales como lugares físicos a los que acudir cada día para trabajar. Impuesto en la mayoría de los casos por las circunstancias actuales, el teletrabajo ha tenido una gran aceptación y, aunque en bastantes supuestos se volverá al sistema presencial una vez que la crisis sanitaria lo permita, todas las previsiones apuntan a que se va a mantener vigente en una amplia franja de actividades de manera total o, con más probabilidad, adoptando un formato mixto.
Frente a esta situación, los locales destinados tanto a actividades comerciales como a servicios sufrirán repercusiones importantes a corto y medio plazo y “verán inevitablemente un descenso progresivo en la demanda, de tal forma que una considerable cantidad de ellos acabará por ser desocupada”, según apunta Lola Alcover, secretaria del Consejo General de COAPIs de España.
Sin embargo, ya antes de la pandemia el futuro de estos locales venía mostrando cierta incertidumbre, fruto de la competencia que ha supuesto la aparición de internet: “con la aparición de las tiendas online, se puede comprar cualquier artículo o contratar casi toda clase de servicios desde la comodidad del hogar y a través de plataformas digitales con un simple ‘clic’, lo cual implica que cada vez son menos necesarios los locales en los que se venían desarrollando habitualmente estas tareas de forma presencial”, explica Lola Alcover.
Aun así, la secretaria del Consejo General de COAPIs de España remarca que “este proceso no será repentino, sino que los efectos se verán a medio plazo. Los locales que llevan a cabo actividades que no son estrictamente presenciales mantendrán una cuota de gente que acuda a los establecimientos físicos, pero gradualmente los comercios se irán desplazando al online”.
Consecuencias del confinamiento, el teletrabajo y los comercios online
La crisis de la COVID-19 ha gravado con una aceleración exponencial en el proceso de digitalización de los servicios y el trabajo. Los confinamientos y el distanciamiento social han puesto a prueba el teletrabajo, una opción que antes de la pandemia era minoritaria y que con la con la llegada del virus ha superado con éxito el examen, “hasta el punto de que ya ha quedado incorporado al mundo laboral como una modalidad ventajosa que va a tener una frecuente implantación”, vaticina la secretaria del Consejo General de COAPIs de España.
Por esta razón, al ser cada vez menos necesarias las oficinas con el trabajo en remoto, el mercado inmobiliario va a sufrir un fuerte reajuste condicionado por el descenso en su demanda, que cada vez va a ser más acusado, y por el exceso de ‘stock’ que se generará: “Por un lado, el rango de precios del metro cuadrado, tanto en venta como en alquiler, se irá orientando a la baja durante un cierto tiempo; por otro, se reducirá el número de esta tipología de fincas, todo ello para adaptarse a la capacidad de absorción de la demanda que exista”, asegura Lola Alcover. “No obstante, el mayor o menor impacto que este reajuste tenga va a depender mucho de las zonas de ubicación del inmueble”, añade.
Además, debido al aumento de los e-commerce originado por la necesidad de las empresas de hacer frente a la crisis ofreciendo productos y servicios online, respetando así las restricciones de movilidad y el distanciamiento físico, “los locales comerciales, tanto los destinados a oficinas como los destinados a ventas y a prestación de servicios, se verán muy afectados por el comercio en internet y por la prestación de servicios a través de plataformas online”, argumenta Alcover.
Pese a ello, el mercado de locales seguirá siendo activo y mantendrá una cuota de negocio interesante, ya que existen algunas actividades que, de manera ineludible, solo pueden ser ejercidas bajo un formato presencial y necesitarán espacios apropiados para ello y, además, siempre se conservará un porcentaje para el resto de empresas.
Transformación de los locales comerciales en viviendas
La desocupación de los locales orientados al uso comercial y a los servicios generará un ‘stock’ que deberá reconducirse y adaptarse a otro tipo de demanda para poder entrar de nuevo en el mercado: “En esta línea, el camino más natural será el de la conversión de estos locales en viviendas, algo que ya se viene detectando en varios puntos de nuestro territorio, sobre todo en los grandes núcleos urbanos, y que de aquí en adelante se va a ir produciendo cada vez más”, afirma la secretaria del Consejo General de COAPIs de España.
Con una proyección a un medio plazo amplio, los edificios de oficinas que seguirán existiendo serán las torres destinadas a ser ocupadas por las firmas de mayor prestigio y capacidad económica en las zonas céntricas y comerciales de las grandes ciudades y los complejos destinados a albergar espacios de oficinas para el desarrollo de cualquier actividad profesional en los polígonos industriales. Más allá de estas tipologías de inmuebles, se mantendrá una determinada cuota de locales para comercios y servicios profesionales, fundamentalmente los que implican actividad presencial ineludible, que se ubicarán preferiblemente dentro otro tipo de inmuebles, como bloques de viviendas o centros comerciales y de ocio.