El mercado de la rehabilitación cerró 2021 con un aumento acusado de su actividad. El crecimiento de las reformas para mejorar los hogares después del confinamiento, unido al anuncio de las ayudas europeas, supuso un impulso para un sector clave en España, donde más del 80% de los edificios y viviendas son ineficientes energéticamente, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Este
2022, que se planteaba como el año definitivo del despegue de la rehabilitación por el impulso del Plan de Recuperación, Transformación y Residencia, a través de los Fondos Next Generation, no está consiguiendo, sin embargo, los resultados esperados.
Una prueba de ello son los últimos datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA). Según esta institución, de enero a mayo de este ejercicio se han solicitado visados para reformar un total de 12.609 edificios, de los que 10.300 están destinados a viviendas. Estas cifras, un 11% y un 14% inferiores, respectivamente, a las registradas en 2021 durante ese mismo periodo, reflejan que, efectivamente, el ritmo ha bajado notablemente, a pesar de la urgencia por cumplir con los objetivos nacionales y europeos en materia energética y medioambiental, y a las nuevas ayudas promovidas para este fin.
Los expertos de Sto, multinacional especializada en el desarrollo de sistemas de aislamiento térmico y materiales de construcción, explican algunas de las razones de este retroceso:
• Falta de un modelo único para la gestión de ayudas.
El hecho de que las ayudas europeas se estén vehiculando a través de las comunidades autónomas resta eficiencia al proceso. Pese a que las subvenciones se aprobaron en el 2021, hay regiones que todavía no han puesto en marcha el procedimiento para solicitarlas y estas ayudas caducan en el 2023, por lo que quedan pocos meses para acometer las obras. En una situación excepcional como la actual, donde apremia el tiempo, un modelo único hubiera agilizado el proceso.
• Incomprensión de las subvenciones y de sus ventajas por parte de los usuarios.
Dado que hay 17 administraciones a las que acudir, cada una con un modelo, especificaciones y proceso burocrático concreto, se genera cierto desconocimiento y confusión sobre cómo aprovechar tanto las ayudas publicadas como las oportunidades de desgravación fiscal. Por ello, en este caso, se ve necesario redoblar la comunicación para que el ciudadano sea consciente de que existen estas subvenciones, cuáles son sus características y requisitos, tipos de intervenciones y qué ventajas pueden acarrear.
• Contexto económico complejo.
La guerra de Ucrania, la inflación, el endurecimiento de las condiciones financieras, el elevado endeudamiento público, la subida del precio de la energía, o la inestabilidad de los precios de los materiales, están ralentizado las rehabilitaciones integrales y las reformas, con las consecuencias que ello supone para seguir avanzando con los objetivos en materia energética.
• Desconocimiento del ahorro real que supone tener una vivienda eficiente.
Aunque los usuarios son conocedores de las principales ventajas de rehabilitar una vivienda o edificio – disminución de la demanda energética, incremento del confort interior, mayor durabilidad del inmueble, aumento del valor patrimonial…–, todavía no son realmente conscientes del coste-retorno que supone invertir en este tipo de partidas, que pueden llegar a alcanzar ahorros de hasta el 60% en la factura energética.
El contexto actual de crisis energética y escalada de precios supone el momento propicio para incidir en este tipo de cuestiones.
• Falta de mano de obra cualificada.
La escasa formación que presentan todavía muchos de los agentes implicados supone una de las principales barreras. No hay que olvidar que la rehabilitación es una actividad multidisciplinar que requiere de modelos empresariales específicos, de conocimientos especializados a nivel conceptual, técnico y normativo, y de nuevos perfiles profesionales específicos. La formación, compartiendo conocimientos y nuevas ideas que vayan surgiendo, juega un papel crucial.
• Escasa adopción de la innovación y procesos digitales.
La construcción sigue siendo una industria tradicional, con una baja innovación y adopción de nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia y competitividad del sector. El uso de herramientas digitales es y será esencial para animar y lograr que las intervenciones se dirijan a cumplir los objetivos de descarbonización y eficiencia energética del parque
inmobiliario.
Pese a todos estos desafíos, el mercado español también ofrece muchas otras oportunidades que permitirán, después de esta coyuntura, seguir impulsando la rehabilitación en los próximos años, como la voluntad política, su gran tejido empresarial y los recursos tanto públicos como privados. Este sector es, ahora mismo, una de las principales palancas para la construcción y la economía. Genera más empleo que otra actividad, requiere más habilidad, más formación y es una actividad más estable.
Además, se está viendo beneficiado por dos factores clave: la falta de suelo para construir y la elevada demanda y escasa oferta de vivienda. Esto deja abierta la puerta a un futuro en el que la rehabilitación integral de edificios tendrá un papel clave.