Sacyr ha realizado una provisión de 30 millones de euros «por prudencia» ante la «incertidumbre» derivada de la crisis en las cuentas del primer trimestre, que cerró con un beneficio neto de 32,1 millones de euros, un 16,3% menos que el año anterior, según informó la empresa.
La compañía ha decidido además ajustar a la baja el valor al que tiene contabilizada su participación del 8% en Repsol, de forma que la ha situado en 9,66 euros por acción, importe un 30,6% inferior respecto al de 13,93 euros en que la fijó al finales de 2019.
Sacyr se anotó además una contribución negativa de 25 millones en los resultados trimestrales en virtud de la parte del resultado del grupo energético que se apunta por su porcentaje en su capital.
No obstante, el grupo que preside Manuel Manrique recuerda que tiene «totalmente cubierto» el riesgo financiero ante bajadas del acción de Repsol.
En este sentido, indicó que el pasado mes de marzo reestructuró uno de los contratos de derivados con los que liquidó la deuda que tenía asociada a su inversión en la compañía que preside Antonio Brufau.
En el plano operativo, Sacyr indica que la actual crisis «no compromete» el desarrollo de sus actividades, dado que el grueso de las mismas son consideradas como esenciales, si bien todas ellas se están adaptando al actual escenario.
En concreto, en cuanto a sus concesiones, indica que siguen operando con normalidad y que la mayoría no están vinculadas al tráfico, sino a la disponibilidad. De su lado, la división de construcción opera con normalidad tras el parón de dos semanas decretado en varios países como Italia y España, y salvo aquellas obras que los clientes han pedido interrumpir.
En cuanto al negocio de servicios, que desarrolla fundamentalmente en España, los relacionados con tareas esenciales como gestión del agua y limpieza han incrementando su actividad y otros, como los de restauración, están paralizados desde que se decretó el estado de alarma.
Sacyr asegura estar realizando las «oportunas gestiones» para «minimizar» este impacto de la crisis en sus negocios, al considerar que «se trata de una situación coyuntural».
AUMENTO DEL MARGEN
Por el momento, en el primer trimestre del año, el grupo considera que sus actividades siguieron mostrando la «fortaleza operativa de los últimos trimestres».
Así, los ingresos crecieron un 1,3% entre enero y marzo, hasta los 985,3 millones de euros. El beneficio bruto de explotación (Ebitda), de su lado, progresó un 15,8%, hasta los 165,6 millones, gracias al aumento del margen hasta el l6,8%, frente al 14,7% de un año antes.
Casi el 80% de esta partida provino del negocio concesional hacia el que el grupo ha enfocado su estrategia de crecimiento futuro.
Por ingresos, el tradicional negocio constructor generó 563,4 millones de euros, el mismo importe que el año anterior, y la rama de concesiones otros 245,8 millones, un 13% más, de los que 119 millones provienen también de construcción. Por su parte, servicios creció un 7% y facturó 284 millones.
Al cierre de marzo, Sacyr presentaba una cartera total de contratos y obras pendientes de ejecutar por valor de casi 40.600 millones, de los que 28.124 millones corresponden a concesiones, otros 7.358 millones a construcción y los 5.113 millones, a servicios.
VENCIMIENTOS CUBIERTOS
En el capítulo financiero, la deuda neta del grupo creció un 2,8%, hasta los 4.438 millones de euros por «la inversión en nuevos proyectos concesionales».
Sacyr asegura que sus previsiones de tesorería para 2020 le garantizan «disponibilidad de liquidez sin tensiones. Según detalla, «una gran parte» de su financiación tiene vencimientos en el largo plazo y ha «incrementado de forma significativa» las líneas de crédito disponibles con las ha cubierto los vencimientos de este año.Imprimir