La crisis del COVID-19 tendrá graves consecuencias para la sociedad y la economía y, según los expertos, se equipararán a las provocadas por la Segunda Guerra Mundial. Por ello, más de 240 personalidades y organizaciones, públicas y privadas, se han adherido al manifiesto, Por Una Recuperación Sostenible, una iniciativa que reclama a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados políticas económicas y sociales alineadas con la sostenibilidad y biodiversidad.
Entre los firmantes se encuentran empresas del sector de la edificación como ROCKWOOL Peninsular, líder fabricante de aislamiento a base de lana de roca, un material sostenible y reciclable. Exigen que todas las decisiones y acciones que se lleven a cabo estén previamente consensuadas con los agentes económicos y sociales del país para lograr que la crisis tenga el menor impacto posible sobre la economía, la sociedad y el medio ambiente. “Debemos maximizar el valor de estas políticas pensando en el beneficio de todo el país porque sus efectos serán cruciales para la reactivación”, afirma Miguel Ángel Gallardo, Business Unit Director de ROCKWOOL Peninsular.
El proyecto se apoya en tres pilares: digitalización, descarbonización y resiliencia. Valores que ya sostiene el Pacto Verde Europeo, hoja de ruta de la Unión Europea para conseguir un crecimiento económico responsable y sostenible. “Sin sostenibilidad ambiental, no habrá sostenibilidad económica ni social”, añade Gallardo.
En este sentido, los impulsores del manifiesto, ECODES, el Grupo Español de Crecimiento Verde, SEO/BirdLife y particulares del Basque Centre for Climate Change (BC3), el Real Instituto Elcano y la Universidad Politécnica de Madrid señalan que España es un país que reúne las condiciones idóneas para impulsar su economía y sociedad a través de directivas verdes, dado que existe un potencial desarrollo de las energías renovables, de la industria y de la eficiencia energética.
“La eficiencia energética es el principal pilar de nuestra actividad. Debemos conseguir que los edificios sean eficientes, ya que, actualmente, a escala mundial suponen el 28% de las emisiones de CO2. De esta manera, aislar las viviendas con lana de roca permite reducir la demanda energética hasta en un 90% y, por lo tanto, disminuir las emisiones. Además, el confinamiento, ha puesto en evidencia la necesidad de disponer de hogares agradables y confortables. Las propiedades de la lana de roca permiten que haya confort acústico y térmico en todos los espacios”, agrega Miguel Ángel Gallardo, Business Unit Director de ROCKWOOL Peninsular, empresa fabricante de aislamiento sostenible a base de lana de roca.