Según el Índice de Precios de Vivienda (IPV) del Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la vivienda libre aumentó un 7,8% interanual en el segundo trimestre del año. Este incremento es 1,5 puntos mayor que el del trimestre anterior y el más alto desde el segundo trimestre de 2022, cuando subió un 8%.
Con este aumento, ya son 41 trimestres consecutivos de subidas interanuales en el precio de la vivienda libre. El alza del 7,8% se observó tanto en viviendas nuevas como en las de segunda mano. En particular, el precio de la vivienda nueva creció un 11,2% interanual en el segundo trimestre, 1,1 puntos por encima del trimestre anterior y la mayor subida desde el tercer trimestre de 2007, cuando comenzó la crisis de las hipotecas subprime. Por su parte, el precio de la vivienda usada aumentó un 7,3% interanual en el segundo trimestre, 1,6 puntos por encima de lo que lo hizo en el trimestre previo y su mayor repunte desde el verano de 2022.
En tasa intertrimestral, el precio de la vivienda libre subió un 3,6%, su mayor alza trimestral desde el segundo trimestre de 2015.
Francesc Quintana, CEO y fundador de la agencia de intermediación inmobiliaria VIVENDEX, y tesorero en la Asociación de Inmobiliarios de Cataluña (AIC) atribuye esta tendencia a la escasa oferta disponible en el mercado. “Prácticamente no hay oferta de inmuebles en venta”, señala Quintana, explicando que en tiempos de incertidumbre económica, “muchas personas optan por no vender sus propiedades, lo que limita aún más la disponibilidad de viviendas en el mercado”
Además, el experto subraya la relación directa entre el mercado de alquiler y los precios de venta. “Al haber tan poco mercado de alquiler, las personas que consideraban esta opción por su flexibilidad, al no encontrar alternativas, se plantean comprar”, añade. Este fenómeno, sumado a la tendencia de algunos propietarios de retirar sus propiedades del alquiler para venderlas, contribuye, a su juicio, a la “percepción de que los precios continúan al alza”
El CEO de VIVENDEX concluye que, a corto plazo, no se espera un freno en esta tendencia. “Todavía hay margen para que los precios sigan subiendo, especialmente si las hipotecas continúan bajando. Aunque no creo que veamos grandes aumentos, un incremento anual del 3% al 4% está prácticamente garantizado”, asegura. Sin embargo, descarta la existencia de una burbuja inmobiliaria, señalando que “la verdadera problemática radica en la falta de oferta, especialmente en el mercado de alquiler, lo que a su vez repercute en la venta de inmuebles”