El alquiler con seguro de impago cerró el 2020 con una siniestralidad del 7,2%, según OESA

La fuerte diferencia de siniestralidad entre el Alquiler con Seguro de Impago y el que no lo tiene ha sido uno de los principales efectos de la pandemia en el mercado del arrendamiento en 2020. La siniestralidad para los alquileres no asegurados se ha cerrado con un 15 por ciento con picos de hasta el 20 por ciento en el mes crítico de mayo y también en las zonas de mayores índices como Madrid, Barcelona, Málaga o Guipúzcoa. Porcentaje que está bajando lentamente y que, incluso, ha dado muestras de rebrote en las últimas semanas con motivo de los nuevos confinamientos. 

Esta siniestralidad se reduce a más de la mitad en el caso del Alquiler con Seguro de Impago que alcanzó su mayor porcentaje en mayo, hasta situarse en 9,5 por ciento, pero que ha cerrado 2020 con un 7,2 por ciento y se encuentra a la baja, según los datos de OESA. La previsión es que el Alquiler con Seguro recupere la media de siniestralidad de antes de la Covid, de alrededor del 3,6 por ciento, en marzo de 2021

Es precisamente esta importante diferencia entre la siniestralidad del alquiler con y sin seguro, el principal argumento para que los propietarios exijan la incorporación de pólizas de impago en sus contratos de arrendamiento de forma generalizada, especialmente a partir de la pandemia, según se indica desde OESA. Así lo explica el Presidente de OESA, Javier Íscar: “alquilar una vivienda sin el filtro que realiza una compañía aseguradora ha sido una imprudencia siempre, pero especialmente ahora a raíz de los efectos de la pandemia de aumento de morosidad, paralización de determinados desahucios o incremento del tiempo medio que tardan en producirse”.

El Seguro de Impago, por lo tanto, además de ser la única garantía del pago de la renta en caso de incidencia reduce notablemente la posibilidad de tenerla. La razón se debe a los eficaces filtros de solvencia que realizan las aseguradoras o scoring para aceptar el riesgo. Lo bueno es que son muy rápidos, 24 horas, y nada engorrosos pues se requiere la documentación habitual como D.N.I. y dos últimas nóminas. También se controla que el importe del alquiler no supere un determinado porcentaje de la nómina, habitualmente el 40 por ciento.

Dichos scoring son también una estupenda herramienta para filtrar la vivienda en función del perfil económico del arrendador.

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