El próximo 2 de agosto tendrá lugar el Día de la Deuda Ecológica, una efeméride impulsada por Global Footprint Network (GFN) en 1970, que define la fecha en la que se supera la capacidad biológica anual de la Tierra y marca el momento en el que el ser humano ha consumido todos los recursos que el planeta es capaz de generar durante un año.
En relación con ello y a medida que los efectos del cambio climático se hacen más evidentes, cobra especial relevancia abordar la deuda ecológica desde el punto de vista personal, de las industrias, transportes y los hogares, tercera causa de emisiones de CO2.
En el contexto de los hogares españoles, esto se traduce en una serie de prácticas insostenibles que contribuyen al deterioro del entorno natural como la propia antigüedad de las viviendas, un consumo excesivo de recursos naturales o una excesiva generación de residuos.
Frente a esta realidad aparece otra muy distinta pues, según el I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad realizado por UCI (Unión de Créditos Inmobiliarios), entidad especialista en financiación sostenible, existe un gap entre la realidad del parque inmobiliario y la percepción de los españoles, pues el 82% cree residir en una vivienda sostenible.
Ante esta situación de deuda ecológica anual en la que entramos, todos debemos asumir la responsabilidad de cuidar y mejorar el medioambiente. Para ello, los expertos de UCI destacan 7 factores a tener en cuenta para reducir la deuda ecológica de los hogares:
- Eficiencia energética
Se estima que cerca del 80% del parque edificado español es ineficiente y que la letra media del Certificado de Eficiencia Energética es la E. Rehabilitar los hogares es urgente y la llegada de los fondos Next Generation EU es una gran oportunidad para llevarlo a cabo, aunque el mayor freno para conseguir mejorar la eficiencia de los hogares y, en consecuencia, reducir su deuda ecológica es el desconocimiento de los propietarios de viviendas.
- Aislamiento de las viviendas
Tanto la calefacción como el aire acondicionado son dos de los factores que más repercuten en el consumo energético y, por tanto, de recursos naturales. La falta de aislamiento en las vviendas unido a sistemas de sistemas de calefacción o climatización anticuados o mal empleados pueden suponer una diferencia notable.
Lo ideal es mantener la vivienda a 21 grados en invierno y a 25 en verano. Para ello, es importante revestir las paredes, hacer un uso adecuado de persianas y cortinas y utilizar los aparatos de manera efectiva.
- Cambiar los electrodomésticos por otros más eficientes
Reducir la deuda ecológica de los hogares pasa por llevar a cabo pequeños gestos como utilizar electrodomésticos de bajo consumo, apagar los dispositivos electrónicos cuando no se utilicen, aprovechar la luz natural o utilizar bombillas LED.
En este sentido, la domótica o tecnología IoT también es una gran aliada para controlar y automatizar el uso de energía y optimizar el consumo de agua en las viviendas.
- Realizar un consumo consciente
Se calcula que 7,7 millones de toneladas de alimentos se tiran en nuestro país al año, de los que un 42% provienen del desperdicio alimentario en los hogares.
Reducir la deuda ecológica implica cambiar nuestros hábitos de consumo optando por productos y servicios sostenibles, apoyando a empresas comprometidas con la sostenibilidad y reduciendo el consumo de bienes no esenciales.
También es importante fomentar la economía circular y dar preferencia a productos locales y de temporada.
- Gestión de residuos
La producción excesiva de residuos es otro desafío importante. Además, cada habitante generó en 2022 473,3 kg de residuos. En este sentido, los hogares deben promover la separación y el reciclaje adecuado de los desechos, reducir el uso de productos de un solo uso, optar por envases y embalajes reutilizables y compostar los residuos orgánicos.
- Consumo responsable de agua
La ciencia avisa de que el agua es un bien cada vez más escaso en nuestro país. El 74% de nuestro territorio se encuentra en riesgo de desertificación con las comunidades autónomas de Andalucía y Cataluña a la cabeza, según el borrador de la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación.
Según la estadística sobre el Suministro y Saneamiento del Agua que elabora el INE (Instituto Nacional de Estadística), cada hogar español consume una media de 133 litros de agua al día por habitante, una cifra que se dispara hasta los 265 litros según la Agencia Europea del Medioambiente.
Por ello, es imprescindible asegurarse de un consumo responsable, cerrando bien los grifos, repasando las instalaciones, mejorando los circuitos instalando dispositivos de ahorro de agua, como grifos y duchas de bajo consumo o recogiendo agua de lluvia para riego y evitar así el derroche innecesario.
- Movilidad sostenible
El transporte es una fuente significativa de emisiones de gases de efecto invernadero. Los hogares pueden optar por medios de transporte sostenibles, como caminar, usar la bicicleta en trayectos cortos o utilizar el transporte público. Además, es recomendable elegir vehículos eléctricos o híbridos cuando sea posible o decantarse por el tren en lugar del avión para los viajes.
Para Cátia Alves, directora de Sostenibilidad y Rehabilitación de UCI “es fundamental concienciar a la población de que tenemos un impacto medioambiental en el planeta y debe ser controlado. El planeta nos presta unas herramientas y unos recursos y nosotros las estamos diezmando de manera descontrolada. Es necesario por tanto que haya un cambio en la actitud en toda la sociedad, empezando por lo más cercano que son nuestro hogares”.